La Misa Crismal ha reunido esta mañana en la S.A.I. Catedral de Cádiz a gran parte del clero diocesano de Cádiz, junto al obispo, Mons. D. Rafael Zornoza Boy.
En esta celebración, una de las más significativas de la Semana Santa, el prelado gaditano y ceutí ha dedicado su homilía en especial a los sacerdotes diocesanos ante los que ha destacado que ” es un día para abrirse a las sorpresas de Dios. La Iglesia entera da gracias al Señor por habernos ungido con sus sacramentos y por el don inefable del sacerdocio” y ha querido tener además un recuerdo especial para los sacerdotes ancianos, enfermos y por los recientemente fallecidos.
Además, siguiendo la nueva Ratio Fundamentalis, publicada por la Congregación para el Clero en diciembre de 2016, ha subrayado varios aspectos de la vida sacerdotal: rezar sin cansarse, ya que “nuestra vocación ha nacido en la oración y solo manteniéndonos en ella podemos sentir, hablar y actuar como el mismo Cristo”; Caminar siempre “en comunidad, siempre como Iglesia al frente de nuestros fieles, en comunión, no como francotiradores”; Compartir con el corazón, puesto que, como ha afirmado “el corazón del sacerdote conoce sólo dos direcciones: el Señor y la gente. “Vivir celosamente el sacerdocio” – ha continuado el Obispo – “se nota en nuestra preocupación incesante por los demás, por atenderles, ayudarles, darles a conocer al Señor para que vivan la fe, unidos a Dios”; y , por último, ser“administradores de los misterios de Dios”, un punto en el que Mons. Zornoza ha puesto de manifiesto que el sacerdote no anuncia “teorías y opiniones privadas, sino la fe de la Iglesia, de la cual somos servidores” y ha recordado al Cura de Ars para destacar que “Si no nos anunciamos a nosotros mismos e interiormente hemos llegado a ser uno con aquél que nos ha llamado como apóstoles suyos, entonces nuestra predicación será creíble y daremos a Cristo entregándonos a nosotros mismos”. En este sentido ha destacado una cuestión que todo sacerdote ha de preguntarse “¿Donde está puesto mi corazón, a dónde se orienta?.
El obispo ha concluido la predicación de esta Misa Crismal con el deseo de que “al renovar nuestras promesas digamos al Señor que queremos ser discípulos misioneros a quienes les arde el corazón por el Maestro y por el pueblo de Dios, profetas que despiertan en el corazón del hombre el deseo de Dios, capaces de anunciar el Evangelio con entusiasmo y sabiduría, de encender la esperanza allá donde las cenizas han cubierto las ilusiones de la vida, y de generar la fe en los desiertos de la historia. No olvidemos el clamor de la gente –grito frecuentemente silencioso— , especialmente de los que sufren, ni dejar de ungirles con el bálsamo de los oleos santos que hemos bendecido y consagrado”.
La liturgia propia de esta Misa ha continuado con la bendición de los óleos de los enfermos y los catecúmenos y la consagración del santo crisma.
Cientos de fieles han acompañado al Obispo diocesano y parte del clero en esta celebración. El clero de Ceuta celebró esta Misa el pasado lunes junto a Mons. Zornoza.
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