Os dejo con las palabras del Padre Sergio Moreno, Párroco de la de San Miguel Arcángel de Villaluenga del Rosario, que ha dedicado a todos los vecinos de nuestro querido Pueblo desde el tradicional saluda que siempre le reservamos y con el que abrimos portada el Boletín de Semana Santa 100% Villaluenga.
Cuando este Boletín ya está en casi todos los lugares públicos de Villaluenga del Rosario y quedan muy pocos ejemplares por distribuir os ofrecemos estos en formato digital por medio de SED VALIENTES.
Agradecer muy sinceramente al Padre Sergio por su disponibilidad en todo momento con nuestros proyectos.
Jesús Rodríguez Arias
SALUDA DE NUESTRO PÁRROCO
Queridos hermanos:
Un año más, emprendemos el camino de la esperanza con la Cuaresma, tiempo fuerte de oración, penitencia y limosna. La cuaresma nos empuja hacia Jerusalén. Malo será que, al llegar, nos quedemos en el bosque y no veamos la cruz. Nos subamos al monte y no bajemos al sepulcro vacío. No podemos llegar al Calvario, con el hombro débil y sin estar preparado para el peso de la cruz. Asomarnos al sepulcro y no ver nada porque, nuestros ojos, están llenos de telarañas superfluas. El alma está enferma cuando no se alimenta de la Palabra de Dios, las prácticas de piedad, la misa dominical, la honestidad y sinceridad de nuestra vida, el ejercicio de la caridad, la oración personal y la abstinencia. Sin todo esto no podemos arrimar nuestros hombros a la cruz. ¿Seremos capaces de caminar con Cristo o, tal vez, preferimos caminar solos desvinculados de la Santa Madre Iglesia que nos dio la vida espiritual por el bautismo? Cuaresma y y Misterio Pascual (pasión, muerte y Resurrección de Cristo) van estrechamente unidos. Por es, pretender celebrar la Semana Santa sin preparación cuaresmal, es como querer empezar la casa por el tejado. Nuestro Padre Jesús quiere llevarnos de la mano hasta su Calvario, purificarnos y glorificarnos.
Pero antes, debemos peregrinar a Jerusalén montados en su borrica entre ramos de olivo, reconociendo quién es en verdad nuestro único rey y salvador. Padre Jesús nos invita a su Última cena en el Jueves Santo, dándose en cuerpo y sangre de redención, lavando nuestros pies cansados con manos de humildad y misericordia, expresión de esa misma entrega como servicio a Dios y a los hermanos; enseñándonos un nuevo mandamiento de amarnos los unos a los otros como él nos ha amado. El Viernes Santo, Padre Jesús busca nuestro hombro para aliviar el peso de la Cruz que transforma en un acto supremo de amor. No hay vida cristiana sin cruz ni sufrimiento. Ya nos lo dice Padre Jesús: “Niégate a ti mismo, carga con la cruz y sígueme”. Durante el Sábado Santo, contemplaremos el descanso de Jesús en el sepulcro y junto a María en su dolor, mantendremos encendida la llama de la fe y de la esperanza. En la Vigilia Pascual celebraremos al Resucitado, centro y fin de la creación y de la historia, en la alegre esperanza de su retorno; la piedra del dolor será removida por el resplandor de la Resurrección, que ilumina nuestro presente y nuestro futuro.
Hermanos, no echemos en saco roto las gracias que Padre Jesús quiera regalarnos en este tiempo pascual. Vivamos con fe y amor las celebraciones litúrgicas en el templo parroquial de San Miguel Arcángel. Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo. No podemos quedarnos en el camino de la cruz, hay que llegar hasta la gloria de la Resurrección en el Domingo de Pascua.
Desde estas líneas, os deseo una feliz y santa semana, en nombre de Nuestro Señor
Jesucristo. Amén +
No hay comentarios:
Publicar un comentario