Las Jornadas de Cuestiones Pastorales de Castelldaura han mostrado, a través de los testimonios de jóvenes, responsables de iniciativas pastorales recientes y reflexiones teológicas, cómo los jóvenes quieren ideales grandes. También se ha remarcado que en el acompañamiento espiritual conviene comprender, educar y testimoniar.
Cuatro jóvenes abrieron el día 23 las Jornadas de Castelldaura relatando el proceso de su vocación, en una mesa redonda moderada por el rector del seminario de Barcelona, Josep Maria Turull. El punto de partida del diálogo fue el documento preparatorio del XV Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes.
La religiosa del Instituto del Verbo Encarnado María Xiqueta (Elisabet Melé), expuso que “entregar la vida a Dios es propio de los jóvenes, la iniciativa es de Dios, son los planes de Dios, no los nuestros, un regalo”. Explicó que hay muchas vocaciones tanto de sacerdotes como de religiosas (ella misma se está formando junto con cien chicas más). Y sostuvo que, para que hubiera más vocaciones, necesitamos rezar más y vivir la vocación con alegría.
La familia tiene un peso importante en la vocación. “Mis padres me enseñaron que la fe era un chollo. El día que había más 'chuches' en casa era el día de la vigilia pascual”, explicó la arquitecta y directora del club juvenil Carena, Mariola Borrell. Añadió, que a menudo la vocación es un proceso largo “hasta que te das cuenta”, y destacó el valor del testimonio: “recuerdo mi abuela, tronchada de risa porque la policía la había detenido con el coche lleno de naranjas que iba a llevar a los pobres... yo quería ser como ella”.
El entorno puede ayudar o dificultar la vocación, pero para el seminarista Pau Manent no es determinante, porque “aunque haya malas experiencias de otras personas, la vocación es individual”. También afirmó que “los jóvenes quieren mensajes radicales”. Finalmente, el ingeniero industrial Pablo Sanz, que vive su vocación cristiana en el matrimonio, destacó que “mi mujer me salva, me acerca a Dios, y en ella aprendo mucho de cómo Dios me ama”.
Aspirar a cosas grandes
El nuncio apostólico Agostino Marchetto reafirmó que el objetivo es “promover opciones verdaderamente libres y responsables, y el instrumento principal es el discernimiento”. El también miembro de la Congregación de la Evangelización de los Pueblos ha añadido que el perfil ideal para acompañar a un joven en el discernimiento es la “mirada amorosa, benevolente; palabra con autoridad y capacidad de hacerse prójimo, caminar juntos y finalmente el testimonio de autenticidad”. Finalizó con una petición: “No tengáis miedo de proponer cosas grandes, con humildad y ánimo, cargados de oración”.
Pero, ¿cómo son los jóvenes de hoy? Xavier Serra, profesor de un instituto de Salt (Girona), expuso que hay una ignorancia sobre la fe y la cultura, y que los jóvenes “parecen tranquilos con esta situación fragmentaria”. En este contexto, indicó que el acompañamiento espiritual es fundamental. La gente necesita la oración y el silencio: “Hay una fuerte presión secularizadora, pero hay jóvenes muy valientes”.
Jóvenes, fe, vocación
En la mesa redonda del miércoles 24 de enero se trataron algunas nuevas iniciativas pastorales con la juventud. La primera en intervenir fue la responsable de los grupos Alpha, Teresa Valero, que explicó que los encuentros pretenden que después de un primer contacto y un descubrimiento del amor de Dios, los jóvenes se incorporen a su comunidad parroquial. Otra de estas nuevas propuestas es Life Teen, un proyecto para adolescentes que, durante seis años, son acompañados por una comunidad con gente de su edad, y forman un lugar donde compartir la fe aparte de la misa del domingo, como relató el vicario de la parroquia de Santa Inés, Mons. Albert Sols.
Por su parte, el rector de la parroquia de Betlem, Mons. Joan Costa, habló de los retiros de Emaús, donde se experimenta como “lo bello y emocionante entra por los ojos y mueve los corazones de la gente a tirar hacia arriba”. Más de un millar de personas han pasado por esta actividad, donde después de tres meses de preparación, en un espacio de oración y adoración los testimonios ayudan a abrir el corazón y a sentirse querido, en un ambiente de confianza.
El arte del acompañamiento espiritual
“Dios hace lo que quiere, como quiere, con quien quiere y donde le da la gana”, afirmó el delegado diocesano de juventud de Barcelona, Mons. Bruno Bérchez, que expuso su testimonio de conversión. Añadió que a pesar de algunas voces pesimistas, en este momento “hay mucha gente que hace muchas cosas, y muy buenas en Barcelona”, que él ha conocido de primera mano. El moderador fue el periodista Ignasi Miranda, de Radio Estel, que concluyó con la frase del Papa Francisco en la que pedía abrir las puertas para salir a buscar a los que están lejos.
El profesor de la Universidad de Navarra, Juan Luis Lorda, explicó que “el acompañamiento espiritual no es una teoría sino un arte, algo artesanal". En este sentido, apuntó que “la gente necesita apoyo” y esta ayuda se agradece mucho. El que acompaña debe hacerlo de manera “desinteresada” porque “hay que seguir al Señor, no que te sigan a ti”.
El arzobispo de Urgell Mons. Joan Enric Vives trató en su conferencia el acompañamiento espiritual de los jóvenes. Destacó que para animarles es necesario “comprender, educar y testimoniar”. También remarcó que la formación debe ser permanente y personalizada, debe adaptarse a las etapas de cada uno.
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