Uganda, un país de África oriental en el que ocho de cada diez habitantes son cristianos y, de ellos, aproximadamente la mitad, católicos. Es la segunda escala de la peregrinación del Papa Francisco al continente africano. La primera fue Kenia, a donde llegó el pasado miércoles, 25 de noviembre, para finalizar su visita hoy lunes en la República Centroafricana.
La hermana Antonia Sánchez Morocho es misionera comboniana, de las Pías Madres de la Negritud (SMC), mujeres consagradas para la misión ad gentes. Nació en Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real) y, a sus 75 años, ha gastado la mayor parte de su vida misionera en Mozambique y Uganda. Actualmente vive a solo unos metros de la Nunciatura, hospedaje del Papa en Kampala, la capital de Uganda. Desde allí ha preparado la esperada visita compartiendo el entusiasmo de la comunidad cristiana. Y desde allí se ha trasladado para participar en la multitudinaria celebración de la eucaristía en Namugongo, el Santuario de los Mártires. Allí, a finales del siglo XIX, fueron degollados o quemados vivos 22 cristianos católicos, Carlos Lwanga y sus compañeros, por mantener su fe, junto a otros 23 cristianos anglicanos.
¿Cómo es el África que ha encontrado el Papa?
Hna. Antonia.- Ante todo un África joven y pujante de vida y entusiasmo. Concretamente en Uganda ha encontrado pueblos que después de años de luchas tribales y/o étnicas está consiguiendo, no sin dificultades, convivir en paz y fraternidad. Naturalmente queda camino por hacer, pero el hecho es muy significativo.
¿Cómo es la situación de los católicos en esa zona de África?
– Prefiero hablar de Uganda mejor que de “zona”, la diferencia entre países puede ser considerable. Creo poder afirmar que la situación de los católicos en Uganda es “privilegiada” debido, sobre todo a los mártires. Los católicos son respetados y tenidos en grande consideración y ellos se sienten muy orgullosos (en el buen sentido de la palabra) de serlo. Se pueden ver hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes con el rosario colgado al cuello como señal de identidad católica
¿Qué sentimientos percibes en la comunidad católica ante la visita?
– Un entusiasmo enorme y gran expectación.
¿Cómo habéis preparado su llegada?
– Ha habido una preparación remota desde que se confirmó la venida del Papa. En la mayoría de las parroquias, durante las homilías del domingo, los sacerdotes explicaron quién es el Papa, cuál es su misión y el significado de su visita a Uganda. Creo que estas catequesis han ayudado mucho a los fieles para prepararse espiritualmente.
La preparación inmediata ha causado un poco de caos en el tráfico ya que han arreglado carreteras, limpiado calles y fachadas, decorado, etc., pero la gente lo lleva con buen humor.
¿Qué esperáis de su visita?
– Personalmente espero que ayude a los jóvenes a crecer en algunos valores tradicionales como la solidaridad, el bien común, la hospitalidad, etc., que se están debilitando, creo que debido a la globalización que en algunos casos está ‘imponiendo’ el individualismo y la idolatría del dinero entre otras cosas.
Si dependiera de ti, ¿qué querrías que el Papa viese con sus propios ojos?
– La situación en que viven algunas familias venidas de otras zonas del país en busca de una vida mejor. Viven en chabolas sin agua, sin luz y apiñados en un solo cuarto.
¿Qué crees que necesita el pueblo escuchar o recibir del Papa?
– Que el Papa está con ellos, que conoce sus situaciones, sus deseos, sus sueños, que pide a Dios por ellos y que los lleva en el corazón.
¿Cuál consideras tú que es el mayor problema en Uganda hoy?
– Quizá os extrañe si digo la corrupción porque este parece ser hoy día un problema universal, pero la corrupción aquí es causa de mucho sufrimiento para los pobres.
¿Esperas algún tipo de cambio para el día después? ¿Qué frutos se esperan de su visita?
– No para el día después, pero sí para algún tiempo después. Creo que nos tocará a nosotros, misioneras, misioneros, religiosas, religiosos, clero local, hacer que el mensaje que el Papa nos deje no caiga en el olvido, sino que se mantenga vivo y dé frutos abundantes.
¿Hay temor por su seguridad?
– No, creo que temor no, pero ciertamente las autoridades no quieren correr riesgos y las medidas de seguridad son fuertes.
Y por la reunión de tantas personas, ¿hay preocupación, hay temor?
– Supongo que preocupación sí, pero las medidas de seguridad también para las personas que nos congregaremos en los actos del Papa son muy fuertes.
¿Cómo es la actitud de los políticos y de los no católicos de Uganda ante la visita del Papa?
– Creo que muy respetuosa.
¿La situación de la mujer, cómo la ves?
– En los últimos años ha cambiado muchísimo. Hay grandes diferencias, las hay muy, pero que muy emancipadas y en avanzadilla en política, negocios… Las hay todavía muy atadas a las tradiciones y en situaciones de inferioridad respecto a los hombres.
¿Y la educación?
– En este campo creo que Uganda está en vanguardia, no se si habrá algún niño en edad escolar que no frecuente la escuela. Creo que si hay un valor que el actual presidente ha conseguido inculcar en los ugandeses es el valor de la educación.
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