jueves, 26 de noviembre de 2015

LA PAZ Y LA VERDAD; POR RAFAEL SÁNCHEZ SAUS

Diario de Cádiz

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La paz y la verdad

RAFAEL / SÁNCHEZ SAUS | ACTUALIZADO 26.11.2015 - 01:00
NO se ha dado la importancia que tienen a unas declaraciones de Sami el Musthawi, director del Centro Cultural Islámico de Madrid, más conocido como Mezquita de la M-30. A raíz de los atentados de París, y en claro contraste con otros dirigentes islámicos afanados en la elusión de cualquier responsabilidad, ha pedido perdón en nombre de todos los musulmanes. Pero El Musthawi ha ido mucho más allá, a mi entender, cuando ha expresado el deber de gratitud de los musulmanes hacia España "por dejarles vivir en paz y seguridad en este bendito país". Para él, poder vivir "en un país democrático que respeta los derechos humanos, la libertad de culto y que nos deja vivir tranquilamente y cumplir con todos nuestros ritos es algo de Dios. Agradecemos a Dios en primer lugar y a España en segundo lugar". 

No sé hasta qué punto tan notables palabras representan el sentir de la comunidad islámica, pero proceden de una alta autoridad y es de suponer que no se deben sólo a la circunstancia. Lo más importante es que el agradecimiento va unido al reconocimiento de unos valores propiamente occidentales, cuya ausencia en la mayor parte del mundo musulmán está en el origen de su conflictividad endémica. Sería magnífico que los sentimientos de El Musthawi, surgidos de la convivencia con nuestra sociedad, hicieran meditar a otros dirigentes del islam europeo, en el que cerca de un 20% de sus fieles, según una encuesta realizada en Gran Bretaña tras los sucesos parisinos, apoyan a los jóvenes que acuden a Siria para integrarse en Daesh o Estado Islámico. Y no digamos a los de otras zonas del mundo islámico, donde los partidos y políticas más extremistas gozan siempre del respaldo de los electores, allí donde pueden celebrarse elecciones. 


Evidentemente, esa inclinación no es casual, y harían bien los dirigentes sensatos y los intelectuales musulmanes en ahondar en sus motivaciones. Hace sólo unos días, Adnan Hussein, redactor jefe del periódico iraquí Al-Mada, ha quebrado el ominoso silencio musulmán sobre ese asunto denunciando la raíz del problema terrorista: la enseñanza en las escuelas, los medios de comunicación y las mezquitas de todo el mundo islámico inculcan una visión bárbara y sangrienta de esa fe, mientras apenas se oye la voz de un islam que predique la paz y la compasión. La verdad, aunque dolorosa, es la primera condición de la paz.

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