La portada del Daily Mail este lunes no dejaba lugar a dudas en la valoración: La hipocresía de los cines. Y añadía: "Los amos del negocio vetan un vídeo del Padrenuestro de la Iglesia pero permiten que los niños vean anuncios de cerveza y de videojuegos violentos".
Efectivamente, la agencia DCM (Digital Cinema Media), que tiene entre sus clientes a las tres grandes cadenas de salas de cine del Reino Unido (Cineworld, Odeon y Vue), decidió no emitir el vídeo de la campaña #JustPray [Simplemente, reza] que la Iglesia de Inglaterra había previsto que se exhibiese el 18 de noviembre antes de cada pase de La Guerra de las Galaxias, Episodio VII: El Despertar de la Fuerza. Según la agencia, su contenido podía resultar "ofensivo" para una parte de los espectadores.
¡Hasta Dawkins lo defiende!
El anuncio consiste simplemente en la recitación del Padre Nuestro por una serie de personas realizando actividades muy variadas, sugiriendo de esa forma que cualquier momento es bueno para una oración, y en particular la que nos enseñó Jesucristo.
Tras conocerse la noticia, las reacciones fueron numerosas y casi unánimes: el portavoz del primer ministro David Cameron consideró "ridículo" el veto; el alcalde de Londres,Boris Johnson, expresó su esperanza de que la medida sea revocada; la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos [EHRC, Equality and Human Rights Commission], de forma más matizada, expresó su "preocupación" y dijo que "nada en la ley prohíbe a las organizaciones cristianas promover su fe mediante anuncios"; y hasta el ateo más conocido de las islas, Richard Dawkins, consideró un error el veto y, fiel a su estilo provocador, dijo que "si alguien se ´ofende´ por algo tan trivial como una oración, es que merece ser ofendido".
Incluso un miembro del Parlamento, Jim Shannon, del norirlandés Partido Democrático Unionista, presentó el mismo día una moción para que "la prohibición sea reconsiderada y retirada".
La Iglesia de Inglaterra, a través de su portavoz Arun Arora, se confesó "desconcertada" ante la decisión de DCM, y expresó su esperanza de que "los responsables tengan lafortaleza como líderes de reconocer que se han equivocado y reconsideren su decisión". No descartó acudir a los tribunales, si bien esa vía tiene difícil salida porque se trata de un veto en el ámbito de una relación comercial y libre y que, según la empresa, responde a su política de "tratar con igualdad a todas las creencias políticas y religiosas".
Un éxito de relaciones públicas...
Lo cierto es que, a raíz de esta polémica, el vídeo del anuncio se ha convertido en viral y ha dado a conocer la campaña en infinidad de ámbitos no previstos. Sólo en el canal oficial de la campaña #JustPray en YouTube sumó casi 400.000 visionados en dos días, sin contar sus réplicas. Y medios de comunicación de todo el mundo han recogido la noticia del veto acompañada del anuncio vetado.
No es extraño, pues, que Andrew Pulver, crítico de cine y televisión en The Guardian, se pregunte irónicamente si la Iglesia de Inglaterra "no se habrá apuntado a la fila de esos astutos PR [Public Relations, Relaciones Públicas] capaces de provocar un escándalo y cosechar los resultados de la tormenta". Desde luego, que el lunes se rezaron en el Reino Unido más padrenuestros que el domingo está fuera de toda duda.
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