sábado, 1 de junio de 2013

25 AÑOS DESPUÉS: ¡VIVA ESPAÑA!

Invariablemente ha pasado, como el que no quiere la cosa, un cuarto de siglo. ¡Veinticinco años ya desde que juré bandera! Y con ello honrar y defender, esté donde esté, a mi Patria: ¡España!

Año 1988, por aquel entonces se hacía el Servicio Militar que no era ni tan malo ni tan innecesario sino todo lo contrario porque, a la larga, no hemos dado cuenta de que en el mismo nos nutríamos de unos valores que solo saben inculcar los militares, las sacrificadas y entregadas Fuerzas Armadas.

Con la Sociedad que tenemos tan falta de valores y de educación, a lo mejor vendría bien pasar un tiempo por el Cuartel para que nos enseñaran lo que nunca debimos perder: Educación, urbanidad, sentido del Deber, sentido de Patria. No, no todo vale, ni todo es igual. La vida, el día a día siempre es diferente y si relativizamos todo nuestro nivel de compromiso con nuestra Patria, con nuestra Sociedad, con nuestros Pueblos y Ciudades, con nuestras Familias y con nosotros mismos, será ínfimo o incluso despreciable.

Reconozco que este post tiene mucho de patriota, el que lo suscribe lo es, y que puede ser tachado, en esta España cargado de desmemoriados o avergonzados compatriotas, de todo menos bonito. ¡Lo siento por el que así se lo tome! ¡Peor para él!

Días pasado en el Ayuntamiento de mi Ciudad de origen, de mi querida Isla de León puso en marcha una campaña para que los civiles que quisiéramos nos pudiéramos inscribir para realizar la Jura de Bandera este sábado 1 de Junio en la céntrica calle Real delante del histórico Palacio Consistorial. Dos hechos motivaban tan extraordinario acontecimiento: Celebrar el Día de nuestras queridas Fuerzas Armadas y la celebración del Bicentenario de la concesión del Título de Ciudad allá por 1813 cuando los diputados constituyentes se trasladaron de Cádiz a La Isla de León, a partir de entonces San Fernando, para preparar su traslado definitivo a Madrid tras la vuelta de Fernando VII y el derrocamiento del efímero reinado napoleónico.

Cada vez soy más poco dado a participar en magnos acontecimientos porque estoy en una etapa en mi vida que busca el estar pero no ser visto. Esto quiere decir: Que pueden contar conmigo para lo que crean necesario aunque mientras tanto permaneceré fuera de la vista de todos instalado en mi particular "atalaya del olvido voluntario". Aún así me animé o me animó el hecho de que este año, precisamente, cumplía las Bodas de Plata de mi Juramento a la Bandera de mi Patria.

Y hoy quiero compartir contigo, estés donde estés, mis sentimientos y emociones en un día tan especial.

Al final Hetepheres no se decidió a realizar el juramento aunque tenía un sitio reservado que la Armada había provisto para los familiares de los "Jurandos". Cuando llegamos habían dos largas filas: Una de los que íbamos a realizar dicho juramento y otros para los invitados. Por otro lado los invitados propios del  Ayuntamiento que tenían pase a una Tribuna instalada para tal efecto. En la misma pude divisar a muchos conocidos y varios amigos y algún hermano.del alma.

En el lugar donde me senté estaba rodeado de muchas personas conocidas, algunas muy queridas por mí, otros buenos amigos como son: Quique y  su hijo, Antonio González Cabrerizo, su hijo, Keko Romero y su novia Paola, entre muchos. El sitio, o los sitios destinados para los Jurandos, estaban repletos y desde allí con un sol de justicia seguimos con emoción y profundo respeto todo el desarrollo de tan sublime acto castrense.

Haciendo una comparación en el tiempo, en estos veinticinco años que han pasado, debo reconocer que prefiero el acto de hoy al primero y voy a explicar el por qué: Hace un cuarto de siglo era un muchacho, con dieciocho años no se está maduro para nada ni ves la verdadera importancia y el valor de las cosas. Con esa edad juré bandera y lo hice casi sin darme cuenta. El profundo sentimiento de lo realizado se ha ido materializando en mí según pasaban los años. Hoy ha sido distinto. A mis cuarenta y tres años ya voy sabiendo lo que quiero, sé el valor de las cosas y lo que significan los gestos, las palabras, los juramentos. 

Hoy, como hace tantos años, hacía un calor intenso. Hoy, como hace tantos años, estaba emocionado aunque de otra forma, hoy, como hace tantos años, he jurado bandera rodeado de familia y amigos aunque hoy, a diferencia de los años que han transcurrido, sé lo que he hecho y me llena de orgullo y honor el haberlo podido hacer.

Hoy he sustituido el blanco de mi traje de marinero por el azul marino de mi traje de chaqueta. Hoy las canas campan cada vez más a sus anchas en mis sienes cuando antes lucía un total moreno, hoy las arrugas de los años y los tiempos que han marcado mi vida lucen en mi mirada cuando antes no había ni años ni tiempos.

Pero hoy he realizado el juramento de la bandera española, la de mi Patria, con sentido del deber y un orgullo de ser español de la cabeza a los pies que nadie me puede quitar.

¡Las cosas de Dios! He tenido el privilegio de Jurar Bandera el último de todos los ciudadanos que lo hemos hecho hoy. No ha sido premeditado aunque ha supuesto un honor, los que tenemos algunos años sabemos de la importancia de tal palabra, el cerrar este juramento acompañado, a modo de escolta, de dos militares.

Cuando llegué delante de mi bandera, me cuadré hice una reverencia y la besé. Esos fueron los únicos gestos que se me han quedado grabados a fuego en mi corazón. Después, con el mismo acompañamiento, fui guiado hasta el final del recorrido que tenía que hacer y el Teniente que me escoltó durante todo el trayecto me dio la enhorabuena y los dos nos dimos un fuerte apretón de manos. Estrechar la mano de un valiente, de un servidor de España es un auténtico privilegio.

Después el homenaje a los Caídos por España y las alocuciones del Alcalde de San Fernando, D. José Loaiza así como del Almirante Jefe de la Flota, D. Santiago Bolívar que estuvo brillante e hizo que se me pusiera los vellos de punta y un nudo en la garganta.

Al finalizar, localizar a Hetepheres y saludar a buenos y queridos amigos: Mari Carmen García Poch y sus hijas, a Manolo Muñoz Rivero y su hermano Ignacio,  a Vicente Ortells, Delegado de Defensa en Cádiz, y su  mujer, mi querida amiga, Lucía Gutiérrez, al Almirante de la Flota con el cual departimos un rato, con miembros de la Corporación Municipal como: María José de Alba, Úrsula Ruíz Blanco entre otros así como a la diputada nacional Felicidad Rodríguez con la cual compartimos tantas cosas...

Para mí ha sido un día redondo y he podido compartir este importante momento con dos queridos hermanos hospitalarios: Manolo Raposo Lagóstena y Felicidad Rodríguez.

Terminados los saludos y con el calor que se había depositado en nosotros y no quería marcharse nos encaminamos a un lugar muy "nuestro" para tomar el aperitivo con el que celebrar todo lo que había acontecido.

Muchos se quedaron en los bares que pueblan nuestra calle Real, centro neurálgico de San Fernando, nosotros preferimos irnos al despacho de vinos, y abacería, "Cañera Manzanilla" pues los dueños son buenos amigos míos y la persona que está al frente del local es Aurora Ruíz, la novia de mi querido amigo y hermano en la fe y del alma José Carlos Fernández Moscoso, la cual nos recibió con la simpatía y la cordialidad que le es característico. 

Un botella de agua fresquita y dos copas de buen amontillado con tres papelones con butifarra, chorizo picante y queso "payoyo". ¡Lo siento, tenía que recordar en algo a mi querido pueblo y del que estoy profundamente enamorado: Villaluenga del Rosario! 

Si el aperitivo fue exquisito, la compañía de nuestra querida Aurora fue lo mejor. ¡Lo que nos reímos! ¿Verdad? ¡Hasta hablamos de "laca"! ¡Lo que hace el calor y la buena amistad!

En fín, brindando con vino español en "Cañera Manzanilla" que nos encontramos como si estuviéramos en casa, hoy puedo decir que ha sido un día que recordaré siempre en mi historia "personal" porque después de veinticinco años he vuelto a renovar mi juramento, compromiso de defender en todo momento y lugar a mi Patria.

¡Viva España! ¡Viva el Rey!

Jesús Rodríguez Arias




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