Hermanitas de Belén adorando al Señor
¿Qué es lo que tienes que cautivas? ¿Qué haces que hombres y mujeres de toda condición dediquen por completo su vida a ti? ¿Qué es lo que das para que abandonen este mundo lleno de ruidos e intoxicaciones y se dediquen a hablar contigo y escucharte por los restos de sus vidas?
¿Cómo Señor prendes en tantos corazones escogidos que dejan lo que conocemos por vida y se abandonan en Tus Soberanos Brazos y allí, en medio del silencio, la oración, el recogimiento, apartados de todo cuanto entorpezca una relación fluida contigo se entreguen por completo a adorarte?
Muchas veces cuando voy a la Cartuja de la Defensión en Jerez y observo a las Hermanas de Belén, esas monjitas con su hábito cartujano blanco que permanecen junto a Ti, junto al Amor de los Amores, rezando por medio de las palabras o bellos cánticos que ponen los vellos de punta y el alma en otra dimensión, veo que son unas auténticas privilegiadas porque han escogido el CAMINO donde la FELICIDAD ES PLENA.
Dios por encima de todo y de todos. Dios que cuando nos entregamos a Él, somos lo suficientes humildes para bajar la cabeza y constatar que no somos nada, ni nadie sin Su Ayuda. Que tan solo somos una ínfima parte de su Obra Creadora aunque nos ha dotado de una dignidad, de un valor incalculable porque estamos hechos a su imagen y semejanza. Como buen Padre nos ama a rabiar y de ahí que sacrificara a Su Unigénito para nuestra Salvación Plena.
Él nos indica a diario cual es el camino que tenemos que llevar en la vida para alcanzar la verdadera Vida, nos acompaña en nuestro peregrinar por estos mundos porque sabe que no somos de este mundo sino ciudadanos celestes: La Gloria en nuestra meta y único fin. Por eso tenemos que poner toda la "carne en el asador" para hacer lo que el Padre quiere que hagamos cada uno de nosotros para cumplir con Su Voluntad, para enseñar a los que desconocen lo que es la verdadera alegría, la verdadera felicidad, la verdadera plenitud y esta no se consigue poniendo tu vida en las manos del mundo, de este mundo cada vez más viciado, materialista, relativista sino que tenemos que poner todo nuestro ser en quien de verdad nos ayuda en todo momento y nos hace plenamente felices.
Nosotros, seres imperfectos y llenos de limitaciones, nos presentamos ante el Señor con la mirada baja y las manos cruzadas y amarradas por nuestros pecados, cautivos del mal, y sólo Jesús que ha estado Cautivo y ha sido Rescatado por el Padre Celestial nos podrá quitar esas limitadas ataduras para darnos sentido pleno a nuestra existencia.
Eso es lo que han experimentado todos los religiosos y religiosas que están consagrados a Ti, Señor, y por eso han abandonando a sus padre, familias, amigos, a todo lo que podía ofrecer nuestro mundo para dedicarse en cuerpo y alma a la privilegiada vocación con la cual les has iluminado.
Cuando veo a tantos religiosos y religiosas que están apartados de todo lo que conocemos como vida, siento una profunda alegría porque sé que allí, dentro de esos imponentes muros, hay hombres y mujeres consagrados a la oración por todos nosotros. Son voces directas y cercanas que están junto al Padre aquí en la Tierra.
Reconozco que cuanto más pasan los años, siento que mi ser se aleja de todo cuanto signifique ruido, muchedumbre, puestos de relevancia en la Sociedad y, cada día, siento que en la soledad, apartado de todo y todos, es donde encuentro la felicidad. Orar en silencio y en tranquilidad es un privilegio que disfruto cada día más.
Por eso, y muchas cosas más, me encuentro tan bien en Villaluenga del Rosario. Allí he encontrado la quietud, la tranquilidad, la paz, el silencio, la calma, el poder rezar caminando por medio de la naturaleza, que no olvidemos es la inmensa Obra Creadora de Dios, ¡Qué de acuerdo estoy contigo Pedro, mi hermano hospitalario y sacerdote!, abandonarme al estudio o rezar en la inmensa soledad delante del Señor en el Sagrario de la recoleta y bella Iglesia de San Miguel.
Estamos celebrando el día de todos los que han consagrado sus vidas a quién es la Vida. Rezo porque ellos no nos olviden y nos tengan en sus corazones todos los días, a cada instante porque son los que están permanentemente en relación con Dios y la oración de esos seres privilegiados deben pesar un poquito más a la hora de interceder por todos nosotros.
Que Dios os bendiga.
Jesús Rodríguez Arias
Muy bonitas palabras, amigo, que comparto. Y me agradan tus palabras porque transmiten autenticidad, un alma sencilla, por tanto muy rica, esa riqueza inagotable que da la fe sencilla y pura, y de la que todos se benefician. ¡Qué noble eres!
ResponderEliminarY me gusta más este Dios, poderoso y cercano a la vez, que el Dios que otros quieren imponer ahora, un Dios amigo, humano, muy humano; por este camino no se llega demasiado lejos y además es complaciente, no sirve para afrontar la vida,se desvanece ante la menor dificultad, y la comunidad se resiente...¡Cómo está la sociedad, la familia! tampoco es fácil hacer amistad, hay mucho orgullo, mucha desconfianza, porque ya no está Dios en muchos corazones.
¡Que Dios te bendiga!