Inexorablemente se va acabando este jueves primer día del último mes del año. Vamos caminando pasito a pasito a terminar el día en el cual ha habido de todo, pero que sobre todo debemos darle gracias a Dios por haberlo vivido y por haber sido útil para los demás.
Cuando nos levantamos por las mañanas, os aconsejo, que pongáis el día en Manos de Dios Padre y que se desarrolle según su voluntad y no os quepa duda que todo lo que ocurra será para nuestro bien.
Hoy, como todos los días, he llegado a casa del trabajo a las cuatro de la tarde, hemos almorzado Hetepheres y yo y al poco nos hemos ido a disfrutar de una película en el cine. ¡Qué de tiempo hacía que no íbamos al cine! Y es que no puede ser, no podemos estar tan ocupados, con tantos compromisos y obligaciones que hasta nos olvidamos de nosotros mismos. Hemos pasado una tarde en el cine, la película es lo de menos, viviendo y gozando de la magia que tiene el cine en toda su dimensión. Hemos visto una película que nos gustaba a los dos, hoy tocaba una infantil: "El gato con botas" y nos hemos reído mucho y la hemos disfrutado. Algunos días queremos ver películas y leer lecturas que no haga falta pensar mucho, estamos tan cansados que lo que queremos es distraernos y pasarlo bien. Otros, sin embargo, queremos ver películas que nos enseñen, que la gocemos por su calidad y leemos libros que nos reporten beneficios en todos los sentidos, en los que la densidad de lo aprendido nos rodee. Como dice el refrán: "Hay días y días". Hoy tocaba el pasarlo bien sin complicarse demasiado y lo hemos conseguido.
Ahora estoy escribiendo y actualizando el blog, a mi lado profundamente dormido "pitufino", mi mujer viendo la televisión y yo, que casi se me caen los ojos del cansancio, escribiendo un artículo que quiere redundar en la idea de que para ser feliz no hace falta mucho, solo hace falta el querer serlo y luchar para conseguirlo. La fórmula es clara y sencilla y vosotros sabéis cual es la que os conviene más.
Buenas noches, descansad, vivid y sed felices.
Efectivamente Jesús se puede ser feliz con tan poco y sin embargo el ser humano ambiciona más y más.
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