- El mismo día en que el director de Informativos ordenó la ‘clausura’ de nuestro periódico, recibimos una noticia estimulante: el Estudio General de Medios informaba del crecimiento de LA GACETA en un 17% en un solo año. ¡Cómo le debió de sentar esto al manipulador!
- El pasado jueves un redactor de esta Casa, de La Gaceta de Intereconomía, se quedó literalmente pasmado cuando, al acudir a fuentes oficiales de Radiotelevisión Española, estas fuentes imputaban directamente a un redactor de segunda, o sea, a un profesional que no tiene ni en esa empresa ni en ninguna otra (que se sepa) responsabilidad ejecutiva alguna, la culpabilidad de haber perpetrado una de las más abyectas operaciones informativas que se recuerdan en la historia, afortunadamente muy larga, del Periodismo español. Ustedes, lectores de La Gaceta, oyentes y espectadores de la Radio y la Televisión de Intereconomía, han conocido esta semana la infame martingala urdida por los Servicios Informativos de la Televisión pública, hasta ahora y durante ocho años de pesadilla, televisión al servicio directo del Gobierno de Zapatero. Ese mismo día, jueves, Fran Llorente recogió en Barcelona el Premio Ondas (Prisa se lo otorga anualmente sólo a los suyos) y en una disertación hipócrita se atrevió, nada más y nada menos, que a pedir a los concurrentes que apostaran en adelante por una “televisión independiente, plural y rigurosa”. O sea, lo mismito que la suya.Argucias, falacias e insidiasY es que, recuerden, esa televisión dio el miércoles pasado como “cerrado”, como literalmente “desaparecido”, a nuestro periódico, y lo hacía con una desvergüenza total de la que probablemente tengamos que seguir hablando, incluyendo la portada de La Gaceta de ¡un día antes!; o sea, Fran Llorente, un oscuro periodista, aupado siempre a lomos del poder constituido (¿ no fue director de un telediario en la época de Aznar, época a la que de una forma miserable se ha dedicado a denostar?) inscribió esa portada de referencia para demostrar que nuestro diario había literalmente desaparecido. ¿Se puede ser más impúdico? Ante nuestra meditada y sobria reacción, TVE replicó al día siguiente con otra falacia más. Reconoció sin disculpa alguna su error, sugiriendo arteramente que no se refería a La Gaceta que se edita y vende en toda España, sino a la que aparece en las Islas Baleares, un ardid de trilero y falaz que no se sostiene en caso alguno. La Gaceta está en los kioscos de toda España y también en las islas en cuestión y, durante el tiempo que ha durado el tránsito del Gobierno tripartido de Antich, Ejecutivo singularmente incapaz del Partido Socialista, ha publicado unas páginas especiales, tan especiales como las que insertamos en Madrid o en Barcelona, para dar cuenta de los mil escándalos que los socios del Partido Socialista –Munar de Unión Mallorquina, la más destacada entre ellos– han desencadenado en este archipiélago. Tan cierto es esto como que en toda España La Gaceta de Baleares no ha tenido otro director que este que firma este trabajo semanal.Primero silencio, luego ataque Argucia sobre argucia, falacia sobre falacia, insidia sobre insidia, la TVE socialista ha urdido durante todos estos años una doble operación: primero, silencio y luego, ataque a todo lo que no ha sido del agrado del nefasto Gobierno de Rodríguez Zapatero. La Gacetaha estado directamente prohibida por este sujeto borroso que atiende por Fran Llorente durante los ya 26 meses que llevamos en el mercado. En todo este tiempo, ha sido el único periódico de ámbito nacional que no ha tenido la menor acogida en los diferentes espacios informativos de la televisión antaño llamada pública. Hemos protestado por activa, pasiva y perifrástrica y hecho llegar a diferentes consejeros de la Corporación nuestro malestar y enojo por la marginación. De nada ha servido. En tiempos del neosocialista Oliart, otrora una buen ministro de UCD, las contestaciones que recibimos siempre fueron del mismo jaez: ninguna. ¿O sí?: en una ocasión nos transmitieron lo siguiente de parte del cuidadoso, hasta en las formas, Llorente: “Mientras yo esté aquí, a esos, ni agua”. ¿Para qué andarse con remilgos? Y ahora resulta curioso: tantos meses, años, sin querernos siquiera reconocer y de pronto, nos dan por clausurados.Ochocientas personas agredidasY lo tengo que decir así: la indignación de nuestros lectores es, por supuesto, el gran apoyo que hemos tenido en estos momentos. Nos piden respuesta a la infamia. Y no los vamos a defraudar. El pasado jueves, en el programa El Gato al Agua, santo y seña de nuestro Grupo, intervenía como director de La Gacetapara hacerme eco de la protesta de nuestros fieles y para transmitir su escandalosa irritación. “¿Cómo –dije– se puede dar por clausurado un medio que, aparte de su presencia directa en los kioscos, es sostén económico de cientos de familias?Un día después, el presidente y editor de esta Casa, Julio Ariza, denunciaba vigorosamente el atentado y pedía el apoyo perdurable de todos nuestros afectos. Ante el asalto, defensa; esa es nuestra única salida. De esa preocupación nos hicimos eco, como no podía ser de otra forma, en el citado programa de Antonio Jiménez porque, miren ustedes, lectores de La Gacet a, oyentes de nuestra Radio, espectadores de nuestra Televisión: aquí en su Casa trabajan no menos de 800 personas que se quedaron estrictamente petrificadas cuando un irresponsable mísero decidió clausurar nuestro periódico. El daño colateral que puede hacer una mentira de este inusitado calibre debe ser medido adecuadamente y en eso estamos, y eso sí, sin contar con nadie más: ¿o es que alguien ha encontrado el mínimo apoyo a nuestro favor de alguno de nuestros colegas? Están en otras cosas: en el sobeteo al poder que llega o en el hacerse perdonar por el poder que llega. En eso están.Termina la pesadillaSeguimos adelante. ¿Con qué pasos? Se los iremos narrando. No renunciamos a ninguno. Este episodio, del que ya saben casi todos los pormenores (otros, nos los guardamos para no perjudicar a quienes nos los han ofrecido), culmina una de las etapas más abyectas de la política española. Quedan apenas 15 días para que la mayor desgracia política que le haya ocurrido nunca a nuestra España democrática termine de una vez.Del sectarismo que ha presidido la deplorable gobernación de Zapatero es una muestra elocuente, significativa, irrefutable, esta historia de una infamia de la que nuevamente hemos vuelto a ser víctimas y que, encima, se va a premiar una infamia. Abominable. El nuevo Gobierno de Mariano Rajoy tiene que tomarse muy en serio no ya la reforma de esta televisión oficial de la que hablamos, sino su absoluta y radical transformación, su cambio hacia un modelo o totalmente privatizado o, como mal menor, ajeno al maniobrerismo de sujetos como ese Fran Llorente que, después de habernos “clausurado” mendazmente, ha tenido la desvergüenza de trasladar a un desvalido redactor mal informado la responsabilidad del mal cometido. Nunca se había visto mayor abyección.Hasta que Dios quieraEl mismo día en que el individuo en cuestión ordenaba manu militari nuestro cierre, como si fuera un juez de la peor dictadura, el Estudio General de Medios nos ofrecía, como contrapartida, un dato enormemente estimulante: nuestro crecimiento en más de un 17% desde el mismo mes del pasado año a esta fecha. O sea, la verdad, la certidumbre, contra la insidia y la falacia. Hace tiempo que lo venimos repitiendo: la libertad, la libertad de nuestros seguidores y la nuestra, tiene un precio; es el precio que estamos –no digo que gustosamente- pagando. Necesitamos como siempre su apoyo, ese gesto de que muy de mañana y a diario, se dirijan a sus kioscos de preferencia para pedir “La Gacetanuestra de cada día”. Hoy como ayer, como el día en que TVE, de la mano sucia de Fran Llorente, intentó su clausura. Nuestro trabajo se lo vamos a seguir ofreciendo. Con independencia, sin cesiones. Como siempre y si se me permite, sin ningún tipo de ambages, pero con mucha convicción, hasta que Dios quiera.
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domingo, 4 de diciembre de 2011
TVE, HISTORIA DE UNA INFAMIA.
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