ARTURO RIVERA
Aunque El temblor de los pájaros -publicado por la editorial sevillana Takara- es el primer poemario de Enrique Montiel que ve la luz, nunca en realidad este escritor isleño ha sido ajeno al arte que considera "la literatura en su estado más puro" desde que, siendo apenas un niño, se atrevió a garabatear sus primeros versos.
No obstante, ha sido ahora, tras una larga trayectoria en la que ha tocado todos los palos -novela, ensayo, relato, biografía y, por supuesto, artículos periodísticos- cuando finalmente la poesía ha llamado a su puerta. Ha sido una necesidad. El propio Enrique Montiel lo reconoce. Ha coincidido con un momento vital muy concreto en el que la poesía le hizo sentir esa necesidad. "Hay cosas que quería decir y que no sabía decirlas si no era con la poesía. Hay cosas que se ponen en verso o no se ponen. El género tira del contenido", afirma.
Y así ha sido. Así ha surgido El temblor de los pájaros, que es un conjunto de poemas en verso libre al que ha dado forma aproximadamente a lo largo del último año. El libro será presentado esta tarde -a las 19.30 horas- en las dependencias municipales del Centro de Congresos de San Fernando en un acto en el que participará también el escritor Manuel Amaya Zulueta, amigo e inspiración del autor. De hecho, Montiel, que reconoce su admiración por la obra de Amaya Zulueta, admite que han sido sus poemas, a los que alude constantemente en El temblor de los pájaros, los que le han empujado a meterse de lleno en la poesía y a cuyo lenguaje, en cierto modo, rinde homenaje. "Esos poemas estaban ahí para salir y él hizo que salieran", afirma. En cierto modo, este poemario es un reconocimiento a esos versos que tanto le han marcado.
Para Montiel, el ejercicio de la poética ha sido un mecanismo liberador, una suerte de "ganzúa o llave" que le ha permitido abrir todo lo que lleva dentro: "sufrimientos y dolores, tristezas y penas, alegrías y cosas bellas y recuerdos a los que uno se aferra en momentos complicados". Y de todo eso habla el centenar de páginas deEl temblor de los pájaros, una metáfora que insiste en la fragilidad de los seres humanos. "Todos somos criaturas frágiles y vulnerables como los pájaros que, por un instante, se quedan colgados en el aire sin aletear", explica. Es la imagen poética que en cierto modo da forma a unos poemas "humanos", que hablan también de Dios, del misterio de la vida, del amor, de los recuerdos... El poemario, en gran medida, es un ejercicio intelectual de autorreflexión que Montiel traduce al lenguaje más elevado y sencillo, el de la poesía, para mostrar sus miedos, inquietudes, anhelos, emociones...
Así que estas reflexiones en verso, que han salido a la luz también con la ayuda de Rosario Troncoso y Carmen Sotillo, descubren la faceta más íntima y personal del autor isleño, un Montiel que -él mismo lo reconoce- hasta ahora no había aflorado en las páginas impresas. "Hablo en estos poemas de mis sentimientos más íntimos, de mis emociones. Por eso creo que este libro, que es algo completamente distinto a lo que he hecho hasta ahora, va a sorprender a mucha gente", augura.
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