TEGUCIGALPA, 20 Abr. 17 / 08:05 pm (ACI).- Diversas plataformas de la sociedad civil que defienden la vida y la familia, así como el Arzobispo de Tegucigalpa, Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, expresaron su rechazo a las propuestas de legalizar el aborto en Honduras.
Más de 20 organizaciones hondureñas –entre ellas la Universidad Católica de Honduras, Alianza por la Familia y el Grupo de Estudios de Bioética–, recordaron que la Constitución y las leyes del país reconocen que “el derecho a la vida es inviolable” y que el aborto es penalizado “de manera contundente”.
Las organizaciones reaccionaron así a la propuesta de modificar una serie de artículos en el Código Penal, para permitir el aborto. Entre los promotores de esa medida ante el Congreso Nacional de Honduras, se encuentra la plataforma Ecuménicas por el Derecho a Decidir, una variante centroamericana de la multinacional abortista Católicas por el Derecho a Decidir, que manipula la enseñanza de la Iglesia para confundir a la población.
Para las organizaciones provida y pro familia centroamericanas, “la intención de discutir dichos artículos implica el riesgo de modificarlos o eliminarlos, abriendo así las puertas a la legitimidad de este crimen abominable”.
“No existen pretextos para matar a un inocente. Los promotores de la industria del aborto invierten millonarias sumas de dinero para cambiar la opinión pública e influir en los legisladores. Son expertos en tejer la verdad con la mentira con el propósito de desmontar el engranaje jurídico que protege el derecho a la vida”.
Las organizaciones civiles centroamericanas exigieron a los diputados del Congreso Nacional “un respeto irrestricto a la Constitución y sus leyes, tal como se han comprometido con la sociedad hondureña”.
Por su parte, el Cardenal Rodríguez Maradiaga advirtió en un comunicado que las Ecuménicas por el Derecho a Decidir, durante Semana Santa, citaron “indiscriminadamente algunos textos de la Biblia y citando, incluso, uno de los mensajes del Papa Francisco” para favorecer su agenda a favor del aborto.
Para el Arzobispo de Tegucigalpa, “es inadmisible que se quieran fundamentar en la Palabra de Dios para impulsar una cultura de la muerte y del descarte, como la ha llamado el Papa Francisco”.
“¡Esto es simplemente una aberración!”, criticó.
“Es repugnante la idea de querer respaldarse en la misericordia de Dios para conseguir o apoyar la despenalización del aborto. El aborto es siempre un crimen abominable y cobarde por parte de quienes participen en la comisión de este pecado”, dijo.
El Arzobispo hondureño precisó que “la misericordia no va contra la justicia, contra la verdad o contra la vida misma. Invocar la misericordia no significa que lo malo podemos hacerlo bueno”.
El Cardenal Rodríguez Maradiaga precisó que el mal llamado “aborto terapéutico” en realidad “no cura nada”, mientras que promover esta práctica para casos de embarazo producto de una violación “equivale a decir que un veneno hay que combatirlo aplicando otro”.
“El aborto no va a quitar ningún dolor físico o psicológico producido en una violación. Al contrario, le va a agregar las complicaciones físicas y psíquicas que ya el aborto tiene de por sí”, aseguró.
El caso del aborto eugenésico, dijo, “se basa en el falso postulado de que ‘los lindos y sanos’ son quienes deben establecer el criterio de valor de cuándo una vida vale o no, de cuándo una vida puede ser vivida o no”.
Sin embargo, precisó, “nadie puede juzgar sobre quién ha de nacer o quién ha de morir”.
El Cardenal hondureño desmintió también que el aborto sea un derecho de la mujer, y subrayó que “el sentido común y la ciencia moderna reconocen que en un embarazo hay dos vidas y dos cuerpos; una de las cuales merece y necesita toda la protección y cuidado para su pleno desarrollo, desde su gestación –cualquiera que haya sido la circunstancia– hasta el término natural de su existencia”.
Al finalizar su mensaje, el Arzobispo de Tegucigalpa pidió rezar “para que nuestros legisladores no sucumban a la tentación del llamado ‘costo político’ aprobando el abominable crimen de matar inocentes que no pueden defenderse”.
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