Los piteros daban la bienvenida a los rocieros jerezanos a las puertas de la bodega de La Concha quince minutos antes de que se iniciara el acto del pregón del Rocío de este año 2017. Era mediodía y muchos se veían como enrarecidos -es la primera vez que este acto se ofrece a esta hora-. El sonido de los pitos le daban a la bodega un claro tinte a Doñana. La arquitectura férrea parecía haberse convertido en una enorme carreta en la que, el mejor Simpecado del mundo, palpitaba con cierto nerviosismo. Eran los corazones ansiosos de los rocieros por iniciar la romería. Una carreta servía como decorado y una pequeña Virgen de barro presidía el escenario bajo un ramón de encina o acebuche.
Era el día de Alejandro Sánchez Gil 'Bola'. La mañana en la que el rociero jerezano iba a cantarle a su hermandad sus vivencias y sus experiencias entre carretas, caballos, arenas, cansancio, peregrinación, convivencia y encuentro entre amigos.
Presentación
Antes, su hermano José Antonio, ofició de presentador. Narró el conocido 'Quiqui' que su hermano que era un incansable rociero al que nunca se le quitaba del pensamiento los días de camino. Desde los recuerdos más lejanos, el Rocío era su punto de destino si la salud le acompañaba. Nunca se preguntaba la manera de ir. Estaba convencido de que la llamada de la Virgen haría el resto del trabajo.
A partir de ahí, tomó las riendas Alejandro para regalarle a Jerez un bonito pregón cargado de esencias. De experiencias y de vivencias rocieras que ya nacen en el seno de una familia cristiana y rociera. Compartió con los asistentes aquellos años en los que se gestó su peña 'Los Romeritos', cuando eran una chavales con muchas inquietudes y poca despensa para los 'rengues'.
Vivencias que florecen desde su primera comunión, que se celebra en una peregrinación al Rocío, y acaba en las más inmediatas como la del pasado año. Una dilatada vida alrededor de la Virgen del Rocío vivida y sentida como pocos. Y es que, 'Bola', no le des más vueltas. Fuiste designado porque eres un rociero con muchas cosas que contar y compartir. Y por eso te viste en el escenario de La Concha narrando y contando tu camino por la vida y tu peregrinación al Rocío.
Pregón completo
Fue un pregón completo. Reivindicativo, al motivar al público congregante a vivir su fe con claridad en este mundo tan desacralizado, vivencial, puesto que no se le quedó nada en la cartera que decir ni qué contar, religioso, ya que siempre estuvo presente la fe en casi todos sus párrafos, de valores y de entrega a la vida cristiana. Pero sobre todo fue una disertación con mucho sabor a Rocío puro, a romero y a emoción. Fue un pregón auténtico y sentido. Sin alharacas y sin quedarse en la cáscara o en el ripio sin sentido. Todo con mucho sentimiento y con mucha verdad. Como el buen toreo.
Tanto fue así que tuvo bonitos guiños personales para rocieros de toda la vida como Antonio Ojeda, Daniel Carretero o Paco Gómez con el que consiguió que todos los rocieros rompieran en los aplausos más sentidos de la tarde. Fue un grito sincero cuando dijo aquello de "ahora que se ha hecho justicia, Paco, sólo te podemos decir que te has partido el pecho por tu hermandad del Rocío. Así que un millón de gracias y que la Virgen te bendiga siempre, siempre". Y La Concha parecía moverse de la ovación tan sentida de sus hermanos de camino.
El acto estuvo, además, aderezado de las sevillanas que el mismo Alejandro interpretó con su inseparable Esteban -en lo que es su grupo 'Punto y Aparte'- y en un coro de amigos que consiguieron darle al acto un tono festivo y alegre. Consiguiendo que todos, en algún momento, se sintieran como en la aldea.
En definitiva un bonito pregón de alguien que se presentó como un humilde rociero. Y finalmente resultó que pudo abrir el apetito a todos de arenas y de camino. Tuvo mucho que contar, y lo contó. Y además, lo hizo bien.
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