Y para despedir el mes de abril comparto con todos vosotros mi semanal artículo publicado en exclusiva en INFORMACIÓN en el apartado que dirige y coordina mi buen hermano Pepe Moreno Fraile y que es una crítica no tanto a las hermandades sino a los que estando al frente de ellas piensan que son su particular cortijo personal donde algunos hermanos estorban.
El trato hacia estos, los menosprecios que sufren en sus carnes, de quienes consideran hermanos suyos y que no lo son ya que utilizan los resortes donde están instalados para ejercer "su poder" sin que nadie se atreva a cuestionar nada de su actuación.
Son los que dirigen las "Ermandades" (sin hache), son los que tratan a los hermanos que les son molestos con la punta del pie.
Esto que escribo no es una exageración porque sucede y a diario. Este artículo es una crítica que quiere se constructiva, que debe ser entendida dentro del ámbito de la corrección fraterna porque si se hace de otra manera mal vamos.
Jesús Rodríguez Arias
“ERMANDADES”
(SIN HACHE)
Que esté en un lugar tan
alejado para algunos, tan cercano para otros, como es Villaluenga del Rosario
no quiere decir que no me entere de nada ya que suele suceder todo lo
contrario. Eso sí la necesaria lejanía te da eso que llaman objetividad y para
el tema que nos ocupa y también preocupa es el antídoto necesario e
imprescindible que Dios ha sabido regalarme en esta etapa de la vida.
No os puedo decir la cantidad
de casos que he conocido en primera persona de hermanos de varias cofradías
tanto de La Isla como de otros lugares que se sienten no solo desplazados sino
despreciados por los que rigen cada respectiva hermandad y que conforman la
junta de gobierno.
Hermanos jóvenes y sobre todo
antiguos con un peso importante pues han sido, siguen siendo, aunque no se lo
reconozcan, parte importante en su corporación nazarena.
Siempre digo que las heridas
que afectan al alma tienen muy difícil cicatrización pues a ver quién es el
guapo que le pone “betadine” o una tirita a la misma. Esta herida se agranda a
cada nuevo desprecio, cada giro de cabeza para no saludar al “maldito”, cada
silencio intencionado, cada desprecio medido...
Y que esto ocurra en algunas
hermandades: ¡No es de recibo!
Podéis pensar lo que queráis
pero soy un ferviente defensor de un apostolado tan único y esencial como es el
cofrade en el que llevo toda la vida pues en mi casa se ha vivido desde siempre
de generación en generación. Y por serlo, me duele sobremanera que ocurran
estas situaciones tan injustas, tan sangrantes, sobre todo para el que la está
padeciendo, para el que sufre los desprecios de los que creía sus hermanos de
toda la vida. Esto está ocurriendo y sería falso e hipócrita el decir lo
contrario, el mirar para otro lado.
Y es que muchas cofradías se
han ido convirtiendo con el tiempo en pequeños “cortijos familiares” donde
según que casta, familia o apellidos ostentes así tendrás una consideración u
otra. ¿Me estoy equivocando?
Reconozco que no sería justo
si metiera a todos en el mismo saco pues conozco Hermandades con grandes sagas
familiares que sirven a todos hermanos y se entregan a la corporación en
cuerpo, alma, sin importar quién es quién sino más bien todo lo contrario.
Tanto en lo bueno como en lo
malo siempre viene bien ese dicho de que “de todo hay en la viña del Señor”.
Pienso que algunas cofradías
de nuestra bendita Isla así como de otros lares que conozco de primera mano son
“Ermandades” (sin hache) pues los miembros que los componen son de primera,
segunda, tercera o cuarta categoría sin contar a los parias, los despreciados,
los que harían un gran favor marchándose por voluntad propia. Entre hermanos no
existen las diferencias y menos las categorías por eso digo que les sobra o
falta la hache.
Recuerdo, como dato anecdótico,
un grupo de WhatsApp de una hermandad donde los que estaban en el poder no solían
gustarle la opinión del resto de los hermanos. Os puedo garantizar que las
conversaciones eran cuando menos estrambóticas ya que a las cuestiones
planteadas le seguía un silencio seguido del abandono medido de los dirigentes.
Llegó la Navidad y yo que nunca había entrado en conversación para una u otra
cosa me pareció debía felicitar estas entrañables fiestas de tanta importancia
para los que nos decimos cristianos y hermanos. Fueron muchas las respuestas
correspondiendo a tal felicitación hasta que llegó un gachó que me dijo
literalmente: “Valar Morgulis!!!”. ¿? Qué significa según me explicaron después que
se trata de “valirio” que dicen es el “idioma” de “Juegos de Tronos” y que
significa “todo hombre debe morir”. ¿Verdad que es un mensaje muy apropiado
para la Navidad? ¡Jajajajaja, qué memez!
Esto es una anécdota
“simpática y graciosa” que dibuja al personaje muy próximo a la dirección de
dicha hermandad cuyo nombre omito por el bien de unos y otros. Esto es un caso
que viene a refrendar mi planteamiento de que existen demasiadas cofradías que
son “Ermandades” (sin hache) que no se han enterado que somos hermanos no por
nuestra pertenencia a la misma sino que fue Jesús el que nos confirió tal
dignidad.
Pero claro si lo que prima son
nuestros intereses y nos olvidamos de Cristo tan a la ligera después no nos
extrañemos que muchas situaciones chirríen y nos suenen a “valirio”.
Jesús Rodríguez Arias
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