Como buen niño de aquella Isla
de mis ayeres y habiendo vivido desde siempre junto a la Iglesia Conventual del
Carmen no hace falta os diga que las callejuelas eran ese lugar que para mí
representaban la libertad y la hospitalidad de sentirte en casa. Todavía me
acuerdo de recorrer sus calles en busca de ese mandando que nos hacía ir a la
tienda, un ultramarinos de los siempre, donde podías encontrar de todo y donde
los olores se mezclaban unos con otros desde la mayor naturalidad.
En mi casa se escuchaba hablar
de Camarón, de su madre, de la fragua, de los cantes...
En ese ambiente nací, crecí y
viví y ahora con los años transcurridos doy gracias a la Virgen del Carmen por
haber permitido que en la formación de mi propia personalidad tuvieran que ver
mucho esas callejuelas de antaño que existían en esa Isla de mis ayeres.
Me casé con una jerezana con
corazón gaditano que había recorrido parte del mundo y de España por lo que se
puede decir que no es de aquí ni de allá aunque lo que si es una persona con
inmensas ganas de aprender de todo y todos, de conocer de primera mano desde
los que te pueden enseñar a base de vivencias y también
conocimientos.
Hetepheres había escuchado
hablar de José Monje Cruz, Camarón de La Isla, aunque no lo conocía bien. Lo ha
escuchado mil veces aunque no llegaba a comprender la grandeza de su cante, su
arrolladora y a la vez sencilla personalidad.
Pero mi mujer tenía que
conocer a Camarón desde la óptica de quién mejor lo ha conocido, la única voz
autorizada por conocimientos y vivencias, que es respetada, valorada y
requerida por aquellos que anteponen la verdad del alma del eterno cantaor al
humo que hoy en día nos quieren vender.
Sí, tenía que ser Enrique
Montiel el que nos hablara de Camarón de La Isla como sólo él sabe hacerlo pues
lo hace desde el conocimiento, de vivir y convivir con esta leyenda del
flamenco, de conversar con él horas y horas, de compartir vivencias con su
familia, amigos, amigos de sus amigos, con tantos gitanos, con tantos
flamencos.
Y aunque ya hemos mantenido
más de una conversación con Enrique de este tema fue ayer cuando a los dos se
nos abrió las puertas del mismo corazón aunque por diferentes motivos.
La cita la había organizado el
Club Naval de Oficiales de San Fernando para unirse a la conmemoración de los actos que tanto
instituciones públicas como privadas están desarrollando en este 25 Aniversario
del fallecimiento del eterno Camarón de La Isla.
En una tarde que presagiaba
lluvia y en un salón lleno a rebosar de amigos se escuchó la voz melodiosa de
Enrique Montiel que desglosó magistralmente la figura, el cantar, sentir y la
voz única de quién ya es una auténtica leyenda y no solo del flamenco.
Arriesgó Enrique en un
planteamiento nuevo que resultó didáctico, edificante y atractivo por igual. En
una conferencia en la que supo conjugar lo audible con lo visual nos presentó
la figura de Camarón desde sus inicios hasta poco antes de morir. Escogidos
vídeos que se pueden visionar en internet fueron las piezas necesarias para que
el itinerario de la ponencia resultara amena, entretenida, alegre y plenamente
educativa.
El tiempo que estuvo con el
uso de la palabra se hizo corto y os puedo decir que nos dejó ese regusto de
querer un poco más.
Salón lleno de queridos amigos
que venían a escuchar y acompañar a Enrique Montiel Sánchez así como
profundizar en la figura, el mito, la leyenda, de Camarón de La Isla según la
voz más autorizada para hablar de la misma.
En el ámbito más personal os
diré que me dio alegría el ver y conversar con Antonio Moreno Olmedo,
presentador del conferenciante, José Luis Dobarganes y su mujer Maica a los
cuales hacía mucho tiempo no veía, a Antonio Montiel Sánchez con el cual
siempre es un auténtico placer charlar, al reconocido gastrónomo Pepe Oneto, a
mi querida amiga María del Carmen Gutiérrez Florez, a Macamen de Arnáiz, a
Manuel Bouza, conocido como Manu Monti en estas calles digitales de la red y
tantos buenos amigos de los de toda la vida del San Fernando de mis ayeres y de
la actualidad.
Debo reconocer que tanto a
Hetepheres como a mí nos dio inmensa alegría el poder conocer de forma personal
a Chari Reseco, mujer de Manu, que se acercó al Club de Oficiales expresamente
para conocernos de forma personal en un gesto que nos emocionó y llenó de honda
gratitud.
Debo confesar que Enrique me
trajo recuerdos de ese pasado tan íntimo, tan personal, tan lleno de esa Isla
con olor a mar y a devoción a nuestra vecina la Virgen del Carmen. Me trajo
imágenes de las callejuelas que era un lugar que estaba o veía muy cerca cuando
subía a la vieja azotea y mis ojos se centraban en esas sencillas casas de
gente buena y humilde. Cerré los ojos para ver como María Colo tendía la ropa,
Alfredo o Eusebio servían a la gente de tan entrañable y característico barrio
donde las puertas se mantenían abiertas a cuantos quisieran en la casa penetrar...
Sí, ayer gracias a Enrique
Montiel puedo decir que Hetepheres descubrió a Camarón de La Isla y yo, yo pude
saborear los recuerdos de mi infancia en la casa que estaba junto a la Iglesia
del Carmen en esa Isla de mis ayeres...
Jesús Rodríguez Arias
Nota: Felicitar a Pedro L.
Alemany pues con su colaboración técnica seguro que la brillante conferencia de
Enrique no hubiera sido igual.
Una tarde-noche en torno a La
Isla y en el recuerdo nuestro bendito pueblo de Villaluenga del Rosario al que
tanto Enrique como yo amamos.
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