¡Qué multitud y qué variedad de seres se van descubriendo día a día! Hasta se van descubriendo nuevos mundos y el hombre va conquistando nuevos espacios inmensos.
Sin embargo, hablando con propiedad, sólo hay dos seres en todo el universo: Dios y yo. Sí, porque Dios está en todo lo creado, está en todos los hombres y yo frente a Él, viéndolo en todo y en todos.
Nada hay, de lo que yo pueda prescindir, como tampoco nada hay que prescindir de mí; ésa será la única forma de beneficiarme yo de todo y de todos.
Todos formamos una sola unidad y, entre los elementos integrados de esa unidad, se da una interrelación, que la vincula y hace que unos dependan de los otros.
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