viernes, 21 de abril de 2017

BILDUTARRAS; POR FERNANDO SANTIAGO

Fernando Santiago


Diario de Cádiz
Dos recomendaciones para ayudar a comprender el uso de la violencia como forma de actuación política en el País Vasco y en España durante unas décadas ominosas: Patria de Fernando Aramburu y el documental El fin de ETA de Justin Webster con guión de Luis R. Aizpeolea y José María Izquierdo. Incluso para entender las reacciones ante el último comunicado de la banda terrorista el artículo de John Carlin en el periódico El País del lunes pasado. La podredumbre moral se hizo dueña de las calles del País Vasco a cuenta de un grupo que practicaba el terror, unas decenas de miles que les apoyaban y el silencio cómplice de muchos otros. Se dio por bueno que en España teníamos que aceptar 100 muertos cada año y que muchos conciudadanos vivieran aterrorizados. La felicidad por el fin de ETA, por el cese de los asesinatos, por la entrega de las armas y, cuando llegue, por la disolución de la banda no nos puede hacer olvidar todo lo que ha pasado. Vivimos tranquilos y felices e incluso nos hemos acostumbrado a la ausencia de violencia. Aun así conviene recordar el sufrimiento de tantos españoles y la iniquidad de quienes apoyaron o defendieron a la banda. Ahora Bildu integra en el sistema a muchos vascos que en su día jalearon el asesinato aunque hay que festejar todos los pasos que se den a favor de la convivencia . Si un grupo de vecinos de Pamplona quieren votar a Bildu y fruto de las reglas del sistema democrático salen elegidos concejales, nada podemos hacer, lo que no nos obliga a tener que aceptar que vengan a Cádiz a impartir doctrina a costa del dinero de los gaditanos. Me parece indecente que gobernantes democráticos que representan a los vecinos de Cádiz promuevan actos donde un individuo nos dé lecciones sobre como reparar a las víctimas del golpe de Estado de 1936 y la dictadura posterior sin que hayan hecho lo propio con las víctimas de ETA. Me parece fantástico que se recuerde a las víctimas del franquismo y que se saquen de las cunetas y las fosas comunes a los asesinados hace 80 años. De la misma manera me parece repugnante que alguien que apoyó el asesinato nos dé lecciones de ética. No sé en qué beneficia a Cádiz la presencia del concejal pamplonés, es un lío en el que ha metido a la ciudad el concejal Martín Vila con el desagrado del propio alcalde. En este caso se ha seguido al pie de la letra la definición marxista de la política: buscar problemas donde no los hay, encontrarlos, hacer el diagnóstico equivocado y poner en marcha soluciones erróneas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario