EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «El primer día después del sábado, estando todavía oscuro». (Evangelio del día). El Evangelio de hoy, día de Santa María Magdalena, es muy rico en expresiones, del que podemos sacar mucho jugo. Con este primer párrafo se me viene a la memoria la vida de la fe. Tenemos un primer encuentro jubiloso, nos llenamos del Señor y "nos comemos al mundo". Pero llega la oscuridad, las dudas, la incertidumbre, el pensar que ha sido todo una imaginación, que no es real. Es entonces cuando necesitamos ir a las fuentes para que nos digan:  «¿Por qué estás llorando, mujer?  ¿A quién buscas?» Y contestar:  «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto». Para mi la pregunta clave es  ¿A quién buscas?, (no ¿qué buscas?) La fe en la Iglesia tiene nombre propio y una persona real. Por eso necesitamos "partir" de experiencias reales de Cristo Resucitado. Experiencias místicas y espirituales que nos toque el corazón, las entrañas más internas de nuestro ser. Karl Rahner dijo: "El cristiano de hoy, o es místico o no es cristiano". Por eso todos los pastores y catequista de la parroquia tienen la responsabilidad de descubrir al Dios viviente y no al "Dios catequético", al "Dios académico". Pues que Dios, en su eterna bondad, nos enseñe su rostro y nos despeje tantos "pájaros" que llevamos en la cabeza. Santa María, Clara Esperanza, ruega por nosotros.