BIENAVENTURANZAS DEL BUEN HUMOR
- Bienaventurados los que se ríen de sí mismos, porque su alegría no tendrá fin.
- Bienaventurados los que no confunden un grano de arena con una montaña, porque se ahorrarán preocupaciones y enfados.
- Bienaventurados los que son capaces de parar y descansar, porque llegarán a ser sabios.
- Bienaventurados los que saben escuchar, porque aprenderán muchas cosas nuevas.
- Bienaventurados los que no se toman muy en serio a si mismos, porque serán más estimados por los demás.
- Bienaventurados los que sonríen y no ponen mala cara, porque abrirán muchas puertas.
- Bienaventurados los que se toman en serio las cosas pequeñas y afrontan con humor las cosas grandes, porque llegarán lejos.
- Bienaventurados los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, porque se evitarán muchas tonterías.
- Bienaventurados los que callan y ríen aunque les contradigan y marginen, porque el Evangelio ha prendido en ellos.
- Bienaventurados los que reconocen y aman al Señor en todas las cosas, porque irradiarán luz, bondad y alegría.
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