lunes, 9 de marzo de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra». (Evangelio del día). Jesús, con estas palabras, reta a los Judíos, en la Sinagoga de Nazaret, a descubrirlo como Profeta. Pero, ¿qué nos podría decir estas palabras hoy a nosotros? ¿qué actitud adoptamos? Es muy fácil sobreestimarse, hacerse "marketing", hacer y actuar para que los demás piensen que "valgo mucho" y que me "vean importante". –Y no digo que los demás no tengan sus cualidades y virtudes y haya que reconocerlo–,  sino porque es una tentación contra la que hay que luchar, yo el primero, en cuanto que cada uno se pueda creer superior a los demás, –y si lo mira por encima del hombro no te cuento "na"–. Por ello nos sale, quizás a la defensiva de nuestra debilidad, nuestro diálogo irónico y socarrón. Con esta frase, Jesús nos pide que descubramos a los "profetas actuales", el valor que tiene cada persona, a reconocerle los dones y carismas. No es labor fácil porque, con rapidez, nos sale nuestra "vena" protagonista. Pero también nos advierte sobre los recelos y preponderancia que nos acechan. La clave está en actuar con amor y con deseo de hacer crecer al otro, de "abajarme" yo, para que suba otro, de anonadarme. Cristo es el máximo exponente. Y rezo por todos los que tienen una labor educadora porque esto es un reto para ellos. Santa María de Caná, ruega por nosotros. Una coletilla del salmo: «Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío», porque, en el fondo, todo es búsqueda de Dios.

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