jueves, 12 de marzo de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.» (Evangelio del día). En el tema de la fe, no se puede andar con medias tintas porque Dios requiere exclusividad, y no porque estemos todo el día rezando más que la lamparita del sagrario, sino hacer que Cristo esté presente en todas las cosas. No podemos poner una vela a Dios y otra al diablo. La cuestión es de una claridad meridiana: O estoy con Cristo y hago sus obras o vamos a nuestra bola y me hago mundano. Repito, no se trata de estar todo el día dándole al Rosario, sino estar en la presencia del Señor. En el Apocalipsis Dios nos dice que no nos quiere tibios. Entonces surge la pregunta: ¿porqué, la mayoría de las veces, andamos tibios? Cada cuál responda según su criterio, voluntad y conciencia. Pero la tentación es muy sutil, hasta viene revestida de bien; el criterio: lo de Dios es mejor. Y Dios no deja de decirlo: «Ojalá escuchéis hoy su voz: "No endurezcáis el corazón"». La lectura de las Laudes nos alienta: «Nosotros somos, Señor, tu pueblo y tu heredad». Ofrezcamos hoy el día al Señor para no desparramar, ¡hay mucho que recoger! Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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