¿Estás dispuesto a colocar la felicidad de los otros por encima de la tuya, a buscar la felicidad de los otros antes que la tuya?
¿Eres capaz de ir más allá, procurando la felicidad de los que te rodean, aun a costa de la tuya?
Aceptar a los otros no es otra cosa que cederles un lugarcito en nuestro corazón, pero para cederles un lugar es preciso arrinconar algunas cosas nuestras, nuestros propios sentimientos y conveniencias.
Todo esto es lisa y llanamente amar, y en consecuencia, amar es negarse a sí mismo, olvidarse de sí, inmolarse, sacrificarse. Amar, en resumidas cuentas, no es otra que sufrir por la persona que uno ama.
Ya tienes un buen test: ¿Sufres, te molestas, te niegas por las personas que dices que amas?
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