ROMA, 25 Sep. 14 / 01:25 pm (ACI/Vatican Insider).- Milicianos del Estado Islámico pusieron explosivos dentro para hacerla saltar en pedazos; durante siglos fue la catedral de la Iglesia Assiria. Se encontraba abandonada desde hace muchos siglos, pero era un símbolo más que milenario de las antiquísimas raíces del cristianismo en Medio Oriente.
La Iglesia Verde de Tikrit (cristiana) fue destruida hoy por los yihadistas del Estado Islámico (EI), que pusieron explosivos en su interior para hacerla estallar en pedazos. Un crimen en contra de la memoria y contra la cultura animado por el mismo odio que llevó a los talibanes y qaedistas a destruir los colosales Budas de Bamiyan en Afganistán y muchos otros lugares de culto tanto cristianos como musulmanes en toda la región.
Según los extremistas, estos son símbolos que deben ser extirpados, exactamente como la Iglesia Verde, que, imponente, representaba un vestigio del pasado esplendor del cristianismo de Oriente en el actual Irak.
Construida a pocas decenas de metros del río Tigris por los fieles de la Iglesia Asiria en el siglo VII, fue descrita por los historiadores del tiempo como el lugar sacro de los cristianos más grande e importante de toda Mesopotamia. Fue devastada en 1089 por orden de un gobernador musulmán de la ciudad, pero fue reconstruida en pocas décadas en su versión color ocre (diferente de la original, que era verde), como se puede ver en las fotografías recientes.
Durante siglos fue la catedral de la Iglesia Assiria, una Iglesia oriental que nació con las comunidades cristianas que desde el segundo siglo crecieron en Mesopotamia y que en el siglo III fueron sometidas por el imperio iraní sasánida, por lo que quedó fuera del universo político, cultural y teológico del imperio romano.
En este relativo aislamiento de sus hermanos occidentales, los cristianos asirios crearon una organización eclesial propia y comenzaron su obra de difusión del Verbo de Jesús que llegó hasta la India, China y Mongolia, muchos siglos antes de que llegaran los jesuitas europeos a Asia. Su influencia continuó incluso tras la conquista árabe.
En 1318, la Iglesia Asiria contaba con 200 diócesis y 30 sedes metropolitanas. Desde el siglo XIV, los cristianos asirios abandonaron Tikrit y la Iglesia Verde. No volvieron ni siquiera cuando la consistente minoría cristiana iraquí, heredera de la tradición asiria, se concentró en las zonas de Baghdad, Mosul y la Llanura de Nínive.
La Iglesia Verde siempre fue respetada e incluso Saddam Hussein, que nació justamente en Tikrit, la incluyó en el lujoso complejo del palacio presidencial que construyó en su ciudad.
Sin embargo, a pesar de todo, habría sido difícil que los fundamentalistas que siguen las órdenes del califa negro al Baghadi (después de haber expulsado con la fuerza y el terror a todos los cristianos de Mosul, de la Llanura de Nínive y de las zonas aledañas) la dejaran en pie.
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