Mientras el Papa pedía el domingo oraciones por Ucrania, en este país representantes de diversas confesiones religiosas condenaban la invasión rusa de Crimea. El Patriarca greco-católico (unitata) afirmaba a través de la televisión pública que «todo ciudadano de Ucrania debe estar preparado para defender la independencia y la soberanía del Estado», y aseguraba que, si es preciso, la Iglesia católica estará «en el campo de batalla con nuestros soldados», dando «apoyo pastoral»
Noticia digital (03-III-2014)
Soldados rusos en el puerto de Sevastopol
«Les pido que sigan rezando por Ucrania, que está viviendo una situación delicada. Mientras anhelo que todas las partes del país se esmeren por superar las incomprensiones y para construir juntos el futuro de la Nación y alcanzar una solución pacífica, dirijo un apremiante llamamiento a la comunidad internacional, para que sostenga toda iniciativa en favor del diálogo y de la concordia», decía el Papa tras el rezo dominical del Angelus.
En Ucrania, el Patriarca Svatoslav Shevchuk, de la Iglesia Greco-Católica, confesión al que pertenece el 6% de la población del país (aunque la proporción es mucho mayor es las regiones occidentales) lanzaba el sábado un dramático mensaje a través de la televisión pública. «Todo ciudadano de Ucrania debe estar preparado para defender su independencia y la soberanía del Estado», decía, no sin aclarar que «la Iglesia siempre ha buscado defender la paz» y que ha hecho todo lo posible «para revenir un baño de sangre». «Por desgracia», si embargo, ya se ha cruzado el Rubicón, «ya hay víctimas en Ucrania, y el baño de sangre no ha podido ser evitado». «Si así lo dispone Dios, tendremos que estar en el campo de batalla con nuestros soldados, con nuestro ejército. La Iglesia Greco-Católica Ucraniana está dispuesta a dar apoyo pastoral»
«No nos callaremos. La Iglesia nunca ha tapado las falsedades de la violencia con el silencio. La Iglesia siempre expone las mentiras», añadía el Patriarca, que hacía un llamamiento a la unidad de todas las confesiones. «En un momento en el que nuestra madre patria está en peligro, las disputas interreligiosas, incluidas las referidas a asuntos de propiedad, no pueden ser asunto de discusión entre las Iglesias, que deben dejarlas de lado. Ahora tenemos que unirnos para proteger a nuestro pueblo y a nuestro país». «Debemos levantarnos por nuestro país, y estar preparados, si es necesario, para sacrificar nuestras vidas y proteger la soberanía, libertad, independencia y unidad del Estado. Nuestro Estado es plurinacional, multiconfesional, pero tenemos que unirnos todos para redefender la soberanía e independencia del Estado».
El domingo, un comunicado firmado por el Patriarca Shevchuk, junto al Patriarca Ortodoxo Filaret, del Patriarcado de Kiev (escindido de Moscú), el Alto Rabino de Ucrania y representantes de cinco comunidades protestantes condenaron «la invasión extranjera» y exigieron que se detuviera «la brutal ingerencia en nuestros asuntas internos». El comunicado rechaza «la propaganda rusa», que alude como justificación para la invasión a una supuesta persecución en Ucrania contra «el idioma, la cultura y la Iglesia rusa», algo que «en absoluto se corresponde con la realidad». Tanto la Iglesia greco-católica como el Patriarcado de Kiev, el mayoritario en el país (15% de la población) han apoyado las manifestaciones pro occidentales que culminaron con la huída del país del ex Presidente Yukanovich.
También la Iglesia Ortodoxa perteneciente al Patriarcado de Moscú (11% de la población) ha mostrado su preocupación por la situación, y aunque en términos mucho más suaves que el resto de confesiones cristianas, se ha distanciado de la invasión rusa. Los ortodoxos fieles a Moscú han pedido al Patriarca Cirilo que medie con Vladimir Putin, el Presidente ruso, a quien, de hecho, acompañó en julio a Kiev para celebrar los 1.025 años del bautismo de Rusia (la actual capital ucraniana es la cuna de la nación rusa).
En respuesta a esa petición, el Patriarca Cirilo ha pedido que se evite «la muerte de inocentes en la tierra de Ucrania, tan querida a mi corazón». Además, el líder de la Iglesia ortodoxa con mayor número de fieles en el mundo ha pedido que no haya disputas de tipo religioso, y ha apelado «a todos los cristianos ortodoxos, cualesquiera que sean sus preferencias políticas, a no admitir los atentados contra los objetos sagrados».
Reacciones en Crimea
Desde la región invadida por Rusia, el Consejo Interreligioso de Crimea (cristianos de diversas confesiones, musulmanes y judíos) ha condenado «la confrontación y hostilidad entre las personas en las diferentes regiones de Ucrania y Crimea» y ha urgido «a las autoridades a abstenerse de tomar medidas que puedan ser interpretadas como intento de dividirnos en grupos religiosos, lingüísticos, étnicos o regionales». El comunicado pide que se preserve «la integridad territorial de nuestro país».
La Iglesia católica, a través del obispo auxiliar de Odesa-Simferopol, monseñor Jacek Pyl, ha apelado a todos los ciudadanos a «abstenerse del extremismo, y en estos tiempos difíciles, no permitir que se rompan los lazos fraternales de las personas que viven en Crimea».
R.B.
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