EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Así dice el Señor: «Mirad: yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva". (Lectura del día). Este fin de semana he estado de Ejercicios Espirituales y vengo con el corazón preñado de Dios. Y que alegría la lectura de hoy (¿casualidades?) que el mismo Señor nos habla de que hará un cielo y una tierra nueva. Que hará el Señor, ¿nos "transportará" a otro lugar?. No, lo que Dios desea es que nosotros, en la tierra que vivimos, en la realidad geográfica que pisamos y en la historia que hacemos, la transformemos en ese "cielo y tierra" nuevos. ¡Dios "necesita" que colaboremos con Él! Dios desea, nos aviva, nos apasiona a entrar en su dinámica salvadora, a dejar las mundanidades que nos aprisionan, a dejar las tinieblas que nos oscurecen, a dejar nuestras tendencias egocéntricas. El "cielo nuevo y la tierra nueva" no significa que nos desliguemos del mundo, sino que, con su Espíritu y su Gracia, lo transformemos y lo hagamos más fraternal, más hermanado y más preocupado por el débil, el indefenso y el que, para vivir, necesita nuestro cuidado, atención y servicio. Danos, Señor, entrañas de misericordia para los demás, danos capacidades y valor para construir tu Reino, aquí y ahora, danos un espíritu fuerte de mensajero y apóstol de tu Palabra. Danos tu Espíritu, Señor. Santa María de la Esperanza, ruega por nosotros.
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