sábado, 10 de diciembre de 2011

VIVIR EL SÁBADO.

Empieza otro nuevo fin de semana. Se acaba el puente y empiezan, para mí, las vacaciones. Estaré un semanita en casa. Si os digo la verdad no me gusta coger los días que tengo en la época navideñas porque; por un lado el horario es más reducido y también el ambiente es de cálida amistad,  buenos sentimientos y eso hay que aprovecharlo. ¡Estamos tan faltos durante el resto del año de los mismos!

Ahora empiezas a recibir multitud de felicitaciones de Navidad, correos electrónicos, sms y, a su vez, lo mismo hacemos pero a la inversa. Es el principio de una tónica de "buenismo" que acompaña a los que creen como a los que no lo hacen. Eso tienen estas fiestas, que para muchos son solo fiesta y para otros una auténtica Celebración. Quiera que no, el mundo adolece durante el resto del año de buenos sentimientos y que estos se vean plasmados durante una época muy determinada del año es reconfortante por un lado y chocante por el otro. Hay que ser buenas personas durante los 365 días que dura el año.

Aún así, como creyente que soy, estas celebradas fiestas navideñas en la que se conmemora el Nacimiento del Niño Dios es motivo más que suficiente para la sonrisa, la generosidad, el amor, la entrega a los demás y sobre todo a los que lo están pasando peor por culpa de tantas crisis, crezca en desorbitadas dimensiones. Lo peor es que a estos sentimientos puros los acompaña una ola de materialismo y consumismo fuera de toda lógica. Pero así es este mundo que nos rodea.

A partir de ahora veremos calles llenas de luminarias, escaparates que motivan y recuerdan la Navidad, Iglesias adornadas para las grandes Celebraciones y casas con sus Nacimientos y árboles adornados con mil y una florituras. Todo en recuerdo de una fecha mágica que cambió el devenir de la Tierra: El Nacimiento del Niño Jesús.

Con estas palabras que están motivadas por las fechas que se nos avecinan quiero empezar este fin de semana y lo hago después de vivir ayer un día muy especial donde los sentimientos afloraron por cada poro de la piel y a fuerza de vivirlo con tanta intensidad me produjo que anoche me acostara absolutamente agotado y reconfortado.

Hoy el sábado tiene mucho que decir y mucho que vivir. Espero compartirlo con vosotros, mis queridos y fieles seguidores de sed valientes.

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