Un grupo de atacantes todavía sin identificar atentó contra una celebración protestante en la región de Est. Ayuda a la Iglesia Necesitada y otras instituciones cristianas han denunciado una estrategia de grupos terroristas yihadistas para expulsar a los cristianos de sus aldeas en el norte del país
Al menos 14 personas han muerto este domingo en un ataque contra una ceremonia religiosa cristiana en el este de Burkina Faso, según ha informado una fuente del aparato de seguridad del país africano en declaraciones a Reuters bajo condición de anonimato.
Por el momento se desconoce la identidad de los atacantes que han asaltado la iglesia protestante de Futuri en el momento del servicio religioso, pero en el país operan grupos yihadistas, particularmente en el norte de Burkina Faso.
Futuri se encuentra en la región de Est, una zona con presencia de bandidaje y con ataques frecuentes de grupos yihadistas afines a Al Qaeda y Estado Islámico. El pasado 6 de noviembre murieron 39 personas en un ataque de individuos armados contra un convoy de autobuses con mineros.
El momento elegido para el ataque, durante la celebración del domingo, es similar al de otros incidentes ocurridos este año en Burkina Faso, un país que hasta hace poco presumía de su tolerancia religiosa.
Nuevo objetivo del islamismo
En los últimos años la situación ha dado un vuelco, con el asesinato de dos salesianos y los atentados que en mayo acabaron con la vida de 15 personas.
La situación ha sido denunciada por distintas entidades cristianas. En agosto, el presidente de la Conferencia Episcopal compartida por este país y Níger, monseñor Laurent Birfuoré Dabiré, obispo de Dori, denunció que «la inseguridad continua creciendo y nos a obligado a reducir nuestra actividad pastoral».
En octubre, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN por sus siglas en inglés) afirmó que, según fuentes del país, la población del norte de Burkina Faso estaba siendo expulsada de sus aldeas por extremistas musulmanes bajo amenaza de muerte. «Los yihadistas están sembrando el terror deliberadamente, asesinado a miembros de las comunidades cristianas y forzando a los cristianos restantes a huir después de notificarles que volverán en tres días y que no quieren encontrar en las aldeas cristianos ni catecúmenos», afirmaban dichas fuentes, que afirmaban también que algunas aldeas habían tenido que acoger hasta a 7.000 desplazados.
Oleada de secuestros
Los últimos en dar la voz de alarma ha sido el Consejo Mundial de las Iglesias y la entidad protestante Act Alliance. En un comunicado conjunto publicado en noviembre, afirmaban que los radicales «al principio ponían en el punto de mira al Ejército y las instituciones estatales, pero después han asumido un carácter cada vez más religioso y sectario». En estos atentados «han provocado la muerte de cientos de personas, una oleada de secuestros y el cierre de numerosas iglesias y escuelas».
En Burkina Faso operan Ansarul Islam, un grupo terrorista autóctono, así como el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), filial de Al Qaeda en Malí, y en menor medida Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS).
Además, se ha intensificado la violencia intercomunitaria, que enfrenta principalmente a pastores con agricultores y que ha provocado el desplazamiento de miles de personas.
Agencias/Alfa y Omega
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