Lo lógico sería preguntarse cómo es que Torra está dispuesto a dejar caer a Pedro Sánchez, si no va a tener jamás en los días de su vida a nadie más maleable y moldeable en La Moncloa. Pero la política no es lógica, sino cosmológica. Se entrecruzan tres grandes ejes, uno vertical, uno diagonal y otro horizontal, que hacen que Torra, como si fuese tonto, pueda renunciar al chollo de su vida y lo esté, en todo caso, arriesgando.
El eje vertical, de abajo a arriba, es que, como hemos visto, el pueblo más gritón de Cataluña no está dispuesto a pasarle a Torra ninguna componenda con Madrid. Por supuesto, es una minoría histérica, pero es su minoría histérica, y eso, en democracia, equivale a una mayoría a efectos electorales, que son los que les importan. Además, la necesitan, vía CUP, para aprobar los presupuestos.
Que es el eje diagonal. Torra habrá calculado que tiene crudo gobernar en Cataluña. Los últimos acontecimientos no habrán hecho sino certificar lo que ya sabía si sabe sumar y restar y palpar el ambiente. Para su épica de consumo interno, resulta más rentable caer arrastrando al gobierno de Madrit [sic], como inmolándose por la patria (chica) y la cantinela del referéndum, que no convocar elecciones por imposibilidad de gestionar las cosas más ordinarias.
El eje horizontal son los vascos del PNV, con los que los nacionalistas catalanes llevan decenios comparándose de reojo, en una competición de egos. El primero que tambalee al tentetieso de La Moncloa se lleva el premio de su hinchada. El PNV ya había dado un empellón gordo y Torra no puede permitir que los cómplices-rivales le tomen la delantera, y ha dicho que él, órdago a la grande, ea. Cuidado con el próximo movimiento del PNV, porque puede verlo, si se tomara en serio a Torra.
Así están las cosas para Sánchez, que no puede reaccionar, porque, como un buen tentetieso, bastante tiene con volver siempre a su posición ("soy el presidente de Gobierno", que repite como cabecea un muñeco) y tampoco tiene brazos, sino unas grandes y pesadas posaderas. Yo creo que el PNV y Torra harán todo lo posible, si no caen en la trampa del dilema del prisionero, por menearlo a base de bien pero sin terminar de tumbarlo del todo, por las cuentas que se traen. Y él ya se encargará de ponerse derecho. Al final de tanto golpe a Pedro Sánchez, no lo van a arruinar sino sus fotos promocionales, pero de eso hablaremos mañana.
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