domingo, 7 de octubre de 2018

¡CUIDADO CON LAS CADENAS DE ORACIÓN!




¿Qué nos dice la Iglesia con respecto a este tema?


Por: Redacción | Fuente: Católico Defiende tu Fe 



¿A quién de nosotros no nos ha llegado alguna “cadena”, ya sea en nuestro correo, Facebook, o actualmente hasta por WhatsApp? Con esos mensajes que nos prometen dinero, milagros, buenas noticias o en caso de no mandarlo algún terrible castigo.
Muchos que aseguran no creer, lo llegan a compartir: "por si las dudas”. Pero lo que no saben muchos católicos con escasa preparación, es que esto es incompatible con la enseñanza de la Iglesia Católica, y no son sólo las "cadenas", sino también otras muchas prácticas y supersticiones que a menudo demostramos.
Una de las ofensas que hacemos a Dios, es quitarle a Él nuestra total y plena confianza, poniéndola en una imagen de Facebook, mensajes en cadena. Cabe destacar que esto es solo superstición, y ¿Qué es superstición? Según la Real Academia Española: es una creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón, o una fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo. Es decir, la superstición es contraria a la fe.
Según la Iglesia, la superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone, cada vez que atribuimos un “milagro” al hecho de compartir una publicación de Facebook, mensaje, correo, o a que ese día llevábamos puesta nuestra medalla de la suerte de la virgencita de Guadalupe; restándole importancia a quien abre los mares y es el único que realiza milagros, o sea, Dios.
Esta es una de las ofensas más graves que le podemos hacer a Dios. Siempre que compartes ese tipo de cadenas, contribuyes a difundir la superstición y ignorancia. Cada vez que compartes una cadena, pecas y haces caer en pecado a los demás.


Dios, que es la fuente de la misericordia, nos perdona estas faltas de fe, de confianza e infidelidades. Pero nuestro deber como auténticos cristianos católicos, es confiar ciegamente en Él, entregándole nuestra voluntad, y dejando que guíe nuestras vidas. Esto se logra con la oración, con el estudio de la Biblia, la palabra de Dios, escuchándola y sobre todo practicándola.
Artículo publicado originalmente en CatolicoDefiendeTuFe.org

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