Del 31 de mayo al 3 de junio, Mons. Fernando Ocáriz realizó un viaje pastoral a Sicilia. En Palermo, saludó a numerosos fieles del Opus Dei y amigos.
El prelado del Opus Dei visitó la catedral de Monreal (Sicilia).
Viernes, 1 de junio
Cuando una de las primeras fieles del Opus Dei de Palermo saludó a san Josemaría, éste se refirió a Sicilia como "la tierra del fuego". En efecto, la isla es tan calurosa cuanto el carácter de sus habitantes, que del 31 de mayo al 3 de junio han acogido al prelado del Opus Dei con mucha alegría.
El viernes, Mons. Fernando Ocáriz visitó la "Scuola Alberghiera Mediterranea" (SAME), una escuela de hostelería que ofrece formación desde hace 50 años. La dirección del colegio y algunos profesores acompañaron al prelado en su visita a las instalaciones, donde habló con algunas de las alumnas que estaban en las aulas didácticas de cocina e informática.
«CUANDO SE OFRECE UNA BUENA FORMACIÓN PROFESIONAL Y HUMANA, NINGÚN ESFUERZO SE PIERDE»
Entre otras ideas, el prelado dijo que "cuando se ofrece una buena formación profesional y humana, ningún esfuerzo se pierde". En efecto, muchas personas que han pasado por la escuela de hostelería agradecen con el pasar de los años lo aprendido, que no solo les ha ayudado a encontrar un trabajo, sino también en su vida personal y de fe.
Tras escuchar algunas historias de profesoras y alumnas de la escuela de hostelería, el prelado dijo que "no podemos desanimarnos nunca, porque el Señor no pierde batallas". Contó además algunos recuerdos de los primeros años de su entrega a Dios, y de los obstáculos ordinarios que tuvo que superar. "Lo importante es que quien llama es el Señor: 'No sois vosotros quienes me habéis elegido, sino que yo os he elegido a vosotros', dice en el Evangelio".
Asimismo, recordó la figura del fundador del Opus Dei: "La primera vez que le conocí, vi una persona fuerte, de buen humor, alegre, con capacidad para querer a los demás; trataba a cada uno como esa persona necesitaba ser tratada, como lo hacen las madres, una capacidad que nace de la caridad y del amor de Dios".
«CUANDO HABLÉIS CON LOS DEMÁS, PEDID A DIOS QUE SEA ÉL QUIEN LES HABLE EN EL CORAZÓN»
Más adelante, se reunió con un grupo de sicilianos que se están empeñando para que los jóvenes de esa tierra no tengan que abandonarla para encontrar un futuro mejor, sino que tengan a disposición allí los recursos necesarios para formarse y trabajar: "El Señor trabaja con vuestras manos; tenemos que aconsejar a los demás del modo más oportuno, no para convencerles, sino para ayudarles a encontrar la verdad, que es la felicidad. Cuando habléis con los demás, pedid a Dios que sea Él quien les hable en el corazón. Nosotros somos únicamente pobres instrumentos".
A primera hora de la tarde, acudió a visitar al arzobispo de Palermo, Mons. Corrado Lorefice. Luego, se trasladó a la Residencia Universitaria Segesta para charlar con un grupo de jóvenes sicilianos. "La fe -dijo a uno que le preguntó sobre las dificultades para mantener viva la confianza en Dios- sirve para superar todas las dificultades. Con la fe podemos mover las montañas, remover los obstáculos. La fe nos ayuda a tener certeza de algo que no vemos. Nos ayuda a entender no sólo que Dios existe, sino que nos ama y quiere nuestra felicidad".
Marco, uno de los jóvenes presentes, preguntó sobre qué responder a quienes afirman que la Iglesia es muy rica y no ayuda a los pobres. El prelado señaló que lo mejor es responder con los hechos, y acompañar a quien tiene esa opinión a algunas de las iniciativas que se desarrollan en las parroquias, en los centros de la Caritas, o en tantas otras iniciativas que los cristianos desarrollan en los cinco continentes. "Los que se tienen por últimos de la sociedad muchas veces no logran otro consuelo que el que les ofrece un sacerdote, una monja o un creyente que se detiene a charlar con ellos".
Luigi, de Catania, preguntó sobre cómo vivir un noviazgo cristiano en una sociedad que pone tantas dificultades: "En primer lugar, tienes que creer firmemente que vale la pena vivir el noviazgo de manera cristiana, por ejemplo, decidiendo tener con tu novia una relación casta. No se trata simplemente 'negarnos' algo que nos gustaría pero que nos obligamos a postergar en el tiempo, no; se trata de afirmar positivamente el amor, confiar en que Dios lo quiere así, y que de ese modo Él es feliz, porque a vosotros esa preparación os hace más felices".
Jueves, 31 de mayo
Mons. Fernando Ocáriz aterrizó en el aeropuerto Falcone e Borselino, de Punta Raisi, cerca de Palermo (Sicilia) a última hora del día. Algunas familias sicilianas lo estaban esperando en la terminal, para darle la bienvenida a la isla.
Al llegar a la sede de la delegación local del Opus Dei, el prelado saludó a Leonardo Urbani, uno de los primeros fieles de la Obra en Sicilia, que tiene 89 años.
Mons. Ocáriz conversó con algunos grupos que acudieron a encontrarle, quienes le contaron anécdotas del apostolado que realizan en Palermo para acercar a muchas personas a Dios. El prelado les animó a seguir con esa tarea de evangelización a través del trabajo bien hecho y la vida ordinaria, "sin prestar mucha atención a nuestros méritos, sino poniendo toda la confianza en Dios".
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