domingo, 24 de diciembre de 2017

EL TELÉFONO DE LA ESPERANZA PERMANECE DE GUARDIA EN NOCHEBUENA




El «síndrome de la silla vacía» es especialmente duro en estas fechas en las que muchas personas sienten con más dolor su soledad
El Teléfono de la Esperanza mantiene su servicio abierto estas Navidades, incluida la Nochebuena, paraatender a aquellas personas que se sientan solas en estos días en los que «este sentimiento se acrecienta». Así, durante este periodo, un grupo de voluntarios estarán disponibles para atender, compartir y acompañar al otro lado de la línea: 717003717.
«La tristeza, falta de compañía y la carencia de afecto asociadas al mismo se viven con más intensidad en un ambiente social festivo y familiar que inunda las calles de nuestras ciudades», sostienen desde esta asociación, que advierte de que hay «muchas» personas vivirán las próximas fiestas «desde la soledad y el aislamiento social».
La soledad es «uno de los problemas más relevantes en la actualidad», añaden. La mitad de la población española admite haber experimentado en algún momento este sentimiento durante el último año, recuerdan desde la asociación. Cerca de uno de cada diez (algo más de cuatro millones de españoles) asegura haberse sentido solo con mucha frecuencia en ese mismo periodo.
Voluntarios del Teléfono de la Esperanza en León
El Teléfono de la Esperanza estima que un 5% de la población española está atravesando en estos momentos un proceso de duelo por una pérdida afectiva reciente y que estas fiestas navideñas serán las primeras tras ese fallecimiento.
«El duelo, en sí mismo, no es una patología, sino que supone un proceso de adaptación a la nueva situación. Sin embargo, algunas veces el proceso de duelo no cursa de manera sana. De hecho, una de cada seis personas que pierde a un ser querido desarrolla una depresión al año siguiente».
El llanto, la rabia o la melancolía forman parte, según la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza, «del proceso de curación de las heridas». Sin embargo, que el problema surge cuando estas emociones «entran en conflicto con el ambiente festivo propio de las celebraciones navideñas y de fin de año».
Esta sensación se conoce como «síndrome de la silla vacía», que en el pasado era amortiguada por la familia, pero que en la actualidad, en muchos casos las personas que padecen estas crisis «están solas».
Europa Press / Alfa y Omega

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