MADRID, 23 Oct. 17 / 10:31 am (ACI).- El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia en España, aseguró en el I Congreso Interdiocesano de Educación, que en una eventual reforma de la Constitución española los derechos sobre la libertad religiosa son “irrenunciables”.
Ante la difícil situación que afronta España tras los intentos separatistas de Cataluña, el Arzobispo de Valencia aseguró que "la Constitución es nuestro gran apoyo al que no podemos renunciar" y destacó que ante una eventual reforma de la Constitución española “los derechos sobre la libertad religiosa o los Derechos Humanos son irrenunciables”.
Algunos de los requerimientos de los independentistas catalanes están basados en desacuerdos con la actual Constitución española, por lo que desde algunos frentes políticos la reforma de la Carta Magna española se considera como parte de la solución a esos deseos de separación del resto de España.
El Arzobispo pronunció la conferencia de clausura del congreso Interdiocesano de Educación bajo el título: “La propuesta de la Iglesia sobre la educación” en la que aseguró que “evangelizar no es adoctrinar”, sino “hacer personas libres” para que sea posible “la reconstrucción de una nueva evangelización y de una educación basada en la Verdad”.
Por eso afirmó que la clave para la “recuperación y la reconstrucción de una nueva humanidad es el encuentro con Jesucristo que siempre nos guía” e insistió en que “no podemos excluir a Cristo de la escuela y los cristianos estamos ahí para evangelizar”.
El Cardenal Cañizares también subrayó la importancia de “asumir la historia sin manipular la verdad” y aseguró que “urge que las nuevas generaciones vuelvan a la escuela de Cristo” donde se da la “paz, el amor, y la justicia”.
Según recoge la agencia AVAN de la Arquidiócesis de Valencia, el Arzobispo animó a los educadores presentes a “seguir el modelo y paradigma de Cristo en la Educación para recuperar a la persona humana y el bien común teniendo en cuenta a los pobres, descartados y discapacitados".
En ese sentido recordó la iniciativa “Un verano diferente” que los colegios diocesanos de Valencia realizaron los pasados meses estivales, en los que abrieron sus puertas para atender a hijos de familias sin recursos.
En el congreso también intervino el Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla, quien habló de “Las claves del reto educativo” y aseguró que la “emergencia educativa” actual esconde una “emergencia afectiva”.
“El equilibrio afectivo sólo puede alcanzarse desde la experiencia de ser amado incondicionalmente y de una forma estable y estructurada. Solo cuando un niño, adolescente o joven ha tenido la experiencia de un amor familiar estable, incondicional y estructurado, es cuando podrá dar lo mejor de sí mismo en el terreno educativo”, subrayó.
Mons. Munilla también afirmó que “la creencia en la existencia de una verdad objetiva, y el amor a esa verdad, son la condición indispensable para la educación” por lo que explicó que “el relativismo es antagónico con la vocación educadora” porque el “todo vale” incapacita para la educación.
El Prelado mostró como un reto conseguir “fortaleza interior” porque “las metas educativas no se alcanzan de forma inmediata y sin sacrificio” y destacó que se trata de una capacidad básica “para poder afrontar el reto educativo”.
Sin embargo afirmó que “por desgracia, la sociedad del bienestar ha dado a luz unas generaciones muy vulnerables ante las dificultades y contradicciones”.
Mons. Munilla se refirió a la importancia del “equilibrio entre libertad y disciplina” y advirtió que “existe una tremenda crisis del sentido de autoridad en nuestra cultura”.
Entre los retos de la educación, el Obispo de San Sebastián también destacó la necesidad de que exista equilibrio entre “la educación personal y educación comunitaria” ya que la carencia de hermanos y amigos “conlleva a una gran tendencia al aislamiento delante de una pantalla y es un obstáculo importantísimo para la educación”.
Por ello declaró que “la crisis de natalidad es un enemigo importante para el hecho educativo”, “la experiencia de la fraternidad y de la amistad son profundamente educadoras”.
Mons. Munilla también lamentó que en el ámbito educativo con frecuencia se olvida lo esencial que es “educar en Jesucristo”.
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