No hay nada más aburrido a estas alturas que escribir de Jalogüin pero mi querido y buen hermano Pepe Moreno Fraile con su valiente columna del pasado 15 de octubre removió mi conciencia y por eso he vuelto a las andadas aunque de una manera menos agresiva pero igual de firme.
Pienso que es bueno que recordemos a quién le debemos la implantación de esta "fiesta" en San Fernando porque de esos polvos tenemos hoy en día esos lodos...
Y Jalogüin ha protagonizado mi semanal tribuna que cada domingo se publica en Información San Fernando.
Por mí que no quede...
Jesús Rodríguez Arias
JALOGÜIN
He leído con mucho gusto la
tribuna de mi querido y buen hermano Pepe Moreno Fraile en Información San
Fernando del pasado 15 de octubre donde con gran valentía escribe de un tema
que por el auge que ha ido tomando paulatinamente se ha convertido en tabú para
los que no nos gusta y además tenemos el arrojo de decirlo: Halloween...
Sí, no exagero ni un ápice
cuando digo que hablar de este particular tema es casi prohibitivo pues esta
lúgubre fiesta ha ido echando raíces en esta Isla de San Fernando desde que en
2014 se apoyara y apostara decididamente por la misma.
Atrás han quedado, como vestigio
de nuestros propios recuerdos, las Fiesta de Todos los Santos que se montaba en los Mercados de Abastos, que
aunque es pasado forma parte de nuestra raíces, cultura, orígenes, como también
lo era leer o ver a Don Juan Tenorio cada noche del último día de este mes de
octubre.
Sí, desde 2014 San Fernando
enterró, nunca mejor dicho, un poco más nuestras propias tradiciones para dar
entrada a una eminentemente foránea como es la de los muertos vivientes también
llamada halloween.
Ese año no solo se cerró las puertas
a unas celebraciones tan nuestras que se han ido celebrando tanto en La Isla como en
nuestro entorno desde siempre sino que hizo que el rosario de antorchas que
presidía el Bendito Patrón San José cada noche del 31 de octubre también se eliminara
tras acertada decisión de su junta de gobierno porque era simplemente dantesco
el presenciar por un lado el procesionar de una imagen sagrada en medio de la
oración de sus hermanos y devotos que lo precedían y otra al demonio
entronizado recorriendo la calle Real
envuelto en sonidos esperpénticos mientras diablos y diablesas gesticulaban a
su alrededor.
No olvidemos quienes fueron
los que apoyaron que se instaurara esta “fiesta” en el calendario
turístico-festivo de San Fernando porque de esos polvos vienen estos lodos que
hoy en día tenemos.
Y claro con el pasar de los
años y vendiéndolo como lo han hecho ahora se ha convertido en una atracción a
tener en cuenta en La Isla donde se programa gran cantidad de actividades en
torno a lo horripilante de la misma muerte donde cementerios, fantasmas,
zombis, diablos, brujas campan a sus anchas. Se banaliza la muerte y por
supuesto a los difuntos degradándolos a simple cachondeo en el mejor de los
casos pues en verdad halloween es una importante fiesta satánica en sus
orígenes y en la realidad actual.
Por eso me ha gustado tanto el
artículo de mi querido José Moreno Fraile porque además de su objetiva crítica
hace propuestas a tener muy en cuenta como que San José vuelva a procesionar
pero en rosario de aurora del 1 de noviembre para limpiar por medio de la
oración todo el detritus maléfico de esa noche y madrugada o que alguien como
es el Padre D. Luis González Rodríguez nos cuente su experiencia de halloween en
Estados Unidos que no olvidemos es el lugar de procedencia de todo el ramillete
de actos en torno al terror y a la muerte que se celebra en San Fernando desde
que en 2014 fuera instaurado para mayor honor y gloria del divino parné y su
satánica majestad.
Este año me había propuesto no
escribir del puñetero “jalogüin” pues es un tema muy cansino y también
repetitivo en estas fechas. Comprendo a los que les guste, a los que disfrutan
disfrazándose de muertos, los que idean que sus casas se conviertan en
cementerios aunque me vais a permitir que no lo pueda entender ni por asomo
porque pienso que no hay cosa más deprimente que hacer una “fiesta” de la misma
muerte. Lo que no comprendo, ni entiendo, es que haya creyentes e incluso que
algunos manifiesten abiertamente su Fe en Dios, que es y será por siempre Vida,
y esa penosa noche se vistan y huelan a muertos. No entra dentro de mis seseras
por más argumentos que me queráis ofrecer y es que pienso que ya uno va para
mayor y tiene bien establecidas sus preferencias.
“Jalogüin” viene a La Isla con
los muertos que “vienen y van” y lo hace con el único objetivo de llevarse la
“morterá”...
Jesús Rodríguez Arias
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