El proceso catalán era trágico-cómico, pero se ha impuesto lo trágico. Se ha declarado la independencia, que no tendría que haberse declarado jamás. De tanto arrastrar los pies y los plazos, Rajoy ha llegado tarde y ahora nosotros, con lo que nos exasperó su inmovilidad, tenemos que ponernos tras él, ¡encima!, y apoyarle. Lo haremos, enseguida. Pero antes de ponernos serios del todo, recordemos la aparición estelar en la plaza de Sant Jaume de Álvaro de Marichalar. En un momento de enorme tensión, resultó desternillante. Eso tiene un valor. Y, además, él sí llegó a tiempo y estaba allí. Lo que tiene, visto lo visto, muchísimo valor.
Luego está el valor físico. Un buen amigo siempre lamentaba que éstos no fueran tiempos de épica y lo ejemplificaba con este mismo Marichalar, que, para vivir una pseudo aventura, cruzó el Atlántico en una moto de agua. Me temo que los tiempos están cambiando. Desde luego, aparecer en una manifestación de independentistas con una bandera de España y con un cartel denunciando la corrupción del 3% exige pocos respetos humanos y muchos redaños humanos. No lo llamaron "bonito", aunque espero que esta vez nadie le dijese "hijo de puta", porque todos sabemos que la madre de los Marichalar es lo mejor que tenían.
El filósofo Quintana Paz ha querido añadir otro valor. Argumenta que el aristócrata es de los pocos que ha entendido que el procés es un espectáculo y que ha puesto su granito de escándalo para contraatacar en su terreno mediático. Se non è vero, è ben trovato y es indiscutible, al menos, que Marichalar lo ha entendido muchísimo mejor que Soraya Sáenz de Santamaría.
Su detención por los Mossos tiene el valor de hacer de pendant con la de los Jordis. A diferencia de Marichalar, ellos cometieron delitos, pero la peripecia bufa de Marichalar, por un efecto rebote, deslustra el falso halo heroico de las suyas.
Lo que nos lleva al valor más fáctico de la performance de Álvaro, subrayado por el bloguero Elentir. Asegura éste que, tras meses de delitos al por mayor, de disturbios de mucha envergadura y de piquetes uniformativos en huelgas a las bravas, el único detenido por los Mossos de Esquadra (al menos hasta ayer tarde) era el Sr. Marichalar, con su traje llamativo (¿verde o V.E.R.D.E.?) y su melena al viento. ¿Será verdad? En cualquier caso, es verdad que es la única detención que se les ha visto. Y eso es para detenerse a pensarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario