Muchas veces anhelamos ser buenos y amables, y se nos quiebran en las manos nuestros propósitos de bien.
Pero ser bueno con el bueno no tiene gracia.
El heroísmo está, precisamente, en ser buenos con los malos.
En conservar la calma frente a personas exasperantes.
En ser generosos con las personas egoístas. Busca llegar a esos límites y demuestra, con tu ejemplo, que sabes ser bueno.
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