* GABRIEL ÁLVAREZ LEIVA

Domingo de Pentecostés y aquí en la Tierra de María Santísima también lo es de esa devoción multitudinaria como es el Rocío.

Domingo de Venida del Espíritu Santo que aquí en la Tierra de María Santísima también lo es de la Blanca Paloma.

Domingo de Fe en estado puro.

Y hoy en este día tan especial le dedico mi artículo publicado en exclusiva en INFORMACIÓN en el apartado que dirige y coordina mi buen hermano Pepe Moreno Fraile a un auténtico caballero cristiano, un señor de los pies a la cabeza, a un apasionado de María Santísima, a un periodista de raza, a un comunicador de gran altura, a un ejemplo en todos los sentidos.

Lo conozco hace tiempo, tuve el inmenso privilegio de colaborar con él, y ahora con el pasar de la vida nos hemos vuelto a reencontrar en estos de las redes, en estos de los medios y también, para que vamos a omitirlo, en cuanto publico de Villaluenga del Rosario al que desde hace tiempo y hoy lo vuelvo a reiterar, invité a visitar con su querida Familia.

Hoy mi artículo se lo dedico a un hombre bueno como es Gabriel Álvarez Leiva.

Jesús Rodríguez Arias 

GABRIEL ÁLVAREZ LEIVA

Huele este recién iniciado mes de junio a romería, a devoción y fe que va desde nuestras entrañas hasta compartirla con todos con honda explosión de alegría tal y como marca este glorioso tiempo litúrgico que nos une a todos los creyentes y nos hace hermanos por derecho propio.

Hoy es Pentecostés que es el día en cual conmemoramos la venida del Espíritu Santo al Colegio Apostólico, cuando Jesús insufló su espíritu sobre sus discípulos para que a partir de entonces fuesen testigos y mensajeros del Reino de Dios que es también de Amor.

Este domingo se une lo más insondable de la Fe en torno a Jesús y Su Bendita Madre que hoy más que nunca lleva por nombre Rocío, Virgen de Ermita encalada en blanco rotundo, de impresionante altar salido del arte y de la gubia del maestro Antonio Martín, de rosarios en medio de la marisma, de peregrinación dura entre los siempre dificultosos arenales, de misas bajo la luna, de salve cantada que son plegarias íntimas salidas del corazón por medio de las cada vez más roncas gargantas. Sí, Rocío es Virgen de promesas cumplidas y por cumplir, de religiosidad popular en estado puro, de sentimientos a flor de piel, de alegría a modo de convivencia donde se unen la conversación con la oración y los cantes al son de las guitarras, pitos y tamboriles.

¡No me digáis que no hay una forma más bonita de recibir el Espíritu Santo que nos envía Dios en esta eclosión de Amor hacia María que es Virgen, Madre y Rocío de nuestras vidas!

Sí, hoy Dios nos vuelve a enviar su Espíritu para que todos nosotros seamos fieles testigos del Amor que nos profesa y no ofrece a cada instante.

Es difícil en el mundo que nos rodea ser mensajero fiel y veraz del Evangelio de Jesús. Ofrecer nuestro testimonio de vida se convierte en libro abierto donde muchos pueden llegar a Cristo si lo que estamos mostrando es real, es veraz.

Esa veracidad, ese testimonio, ese sentirse Libre en la Verdad, lo demuestra a diario con gestos, palabras, hechos y silencios mi querido y siempre admirado Gabriel Álvarez Leiva que es un cristiano de recia fe, cofrade de los que hacen apostolado, periodista de raza, luchador incansable de causas nobles, enamorado de su mujer, su Familia, sus amigos, de Jerez y también del siempre eterno Rocío.

Metido en mil batallas como buen guerrero lucha hasta la extenuación, recorriendo kilómetros haciendo Camino. Su lucha a favor de los enfermos de Parkinson lo ha convertido en abanderado de tan noble causa.

Trabajador, comunicador, periodista y apóstol incansable lo mismo lo ves cubriendo noticias a pie de calle, en la emisora, entrevistando a tal o cual persona, exponiendo esa charla u ofreciendo un excelso pregón. Lo mismo lo ves trabajando desde esa segunda línea que tanto le gusta en lo relacionado a los medios en el Obispado de Asidonia-Jerez o recorriendo distancias kilométricas entre arenales y marismas en busca del abrazo de la Madre, del Consuelo de los Afligidos, de quién es gota de Rocío fresco en nuestras pesadumbres que hace reavivar y de qué manera nuestra Fe.

Pero permitidme que me quede con Gabriel que es un enamorado y volcado marido, un buen padre y también hijo, hermano de sus hermanos, amigos de sus amigos, un hombre que sirve a todos por medio de los medios y también en las distancias cortas. Cuando leo o veo algunas de sus publicaciones que arañan ese frágil barniz que mantiene intacto los más hondos y profundos sentimientos siempre se me viene a la mente la oración de San Francisco pues en las palabras de tan bella plegaria veo la enjuta imagen de mi querido y siempre admirado Gabriel Álvarez Leiva.

“Señor, haz de mi un instrumento de tu paz: Donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo unión, donde haya error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo la fe, donde haya desesperación, ponga yo esperanza, donde haya tinieblas, ponga yo la luz, donde haya tristeza, ponga yo alegría. Que no busque yo tanto ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender, ser amado como amar. Porque dando se recibe, olvidándose de sí se encuentra, perdonando se es perdonado, muriendo se resucita a la Vida”.

Un abrazo Gabi y gracias por ser como eres.

Jesús Rodríguez Arias