Escribir cuando el tiempo ha pasado hace que lo hagas con cierta perspectiva, saboreando los momentos que se vuelven hacer presente cuando ya forman parte de nuestro pasado. Esto ha ocurrido con este artículo dedicado a la Solemnidad del Corpus Christi celebrado el pasado domingo en Villaluenga del Rosario y que por los motivos que todos conocéis no he podido realizarlo en su día y hora.
Si el sábado había sido un día luminoso, caluroso y lleno de esplendor donde se había celebrado la Romería a la Divina Pastora en la cual había participado casi todo el pueblo el domingo, como os podéis imaginar, la cosa no cambió mucho ni en temperatura ni en esa claridad que hace que el sol reine con luz majestuosa en lo alto del mismo cielo.
Desde primeras horas los vecinos y también las vecinas de este bendito lugar se afanaban en vestir las calles por donde unas horas más tardes pasaría la Procesión del Corpus; altares, macetas, colgaduras... Todo para que el recorrido hiciera justicia a la "PUREZA DE LO AUTÉNTICO".
La Santa Misa presidida por el Párroco de Villaluenga, Padre Sergio Moreno se celebró a las 12.30 horas de su mediodía y posteriormente cuando el calor se hacía más rotundo salía la procesión con Jesús Sacramentado bajo Palio de Respeto llevado por los vecinos de este querido lugar.
Cantos de alabanzas, rezos delante de cada Altar primorosamente dispuestos, recuerdos de los que no estaban, de los que marcharon a la gloria eterna, los que no podían estar en ese momento con nosotros, los que no podían por cualquier motivo que hacía que no pudieran participar en una procesión que es solemne no por los cánones que rige el mundo sino por su sencillez alejado de todo boato que en otros lugares está muy bien pero que aquí en Villaluenga del Rosario destrozaría lo que ha sido y será la PUREZA DE LO AUTÉNTICO.
Antonio Benítez, uniformado, atento a la seguridad de todos los que en esos momentos participábamos llevando con sencillez lo que es la autoridad. Detrás del Santísimo filas con casi todo el pueblo que acompañaban a Jesús en su procesionar. En algunas caras se notaba el calor y el cansancio del día anterior pues también habían participado en la Romería. Divino cansancio que el sábado alabaron a la Madre y el domingo a Bendito Hijo de Su Vientre.
Todos los Altares tenían coincidencias muy particulares pues siendo muy diferentes unos de otros todos albergaban detalles propios de Villaluenga del Rosario.
Día de alegría, de júbilo, al calor de la Fe en la humilde sencillez que caracteriza a todo lo que tiene que ver con nuestro bendito pueblo en el que todos somos una Familia.
Gran alegría, tengo que decirlo y destacarlo, la presencia de mi querido amigo Emilio, Tachy, Barea que cámara en mano iba inmortalizando "momentos" de un día de Corpus único y especial como todo lo que se vive en Villaluenga del Rosario.
Y es que aquí se siente, se respira, lo que es "LA PUREZA DE LO AUTÉNTICO".
Jesús Rodríguez Arias
Fotos: Jesús Rodríguez Arias y Hetepheres Benítez Collantes
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