sábado, 1 de abril de 2017

MONTAÑÉS ENTRE MAESTRO Y APRENDIZ

Diario de Sevilla



Crucificados en el Santo Ángel.
Tres visiones de Cristo de Crucificado en un mismo espacio. El clasicismo, el naturalismo y el barroco. Pablo de Rojas, Martínez Montañés y Juan de Mesa. El Crucificado del Seminario Mayor, de Granada; el Cristo de las Desamparados del Santo Ángel de Sevilla; y el Cristo de la Agonía, que recibe culto en Vergara (Guipúzcoa). Éste ha sido el gran regalo que la comunidad carmelita del Santo Ángel ha hecho a la ciudad con motivo del IV centenario de la hechura del Cristo de los Desamparados (1617). Presencias es como han denominado a esta muestra inigualable que repasa la trayectoria de Martínez Montañés y ofrece una triple visión: Aprendiz de Pablo de Rojas; Genio, con su Cristo de Montañés; y Maestro de Juan de Mesa.
Entre estas tres imágenes hay, aproximadamente, 40 años de diferencia y una evolución estilística evidente. Pablo de Rojas realizó su crucificado en torno al año 1580, como expuso el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, José Roda Peña: "Representa el tránsito entre el final del Renacimiento y los inicios del Naturalismo. Es una imagen dogmática. Con un magistral estudio anatómico". Del manierismo italianizante de Rojas, maestro de Montañés en Granada, al naturalismo clásico o idealizante del Cristo de los Desamparados. El padre carmelita Juan Dobado, doctor en Historia del Arte, explicó que fue fray Luis de la Cruz, rector del colegio carmelita en 1617, quién le habría encargado a Montañés el Crucificado que 400 años después sigue en el mismo templo. Otras obras encargadas a quien tenía por entonces el taller en la cercana Plaza de la Magdalena han desaparecido: "La comisión que creamos decidió hacer esta puesta en escena de la figura de Montañés como aprendiz de Pablo de Rojas, sabemos que sobre 1580 está en el taller de Granada; como genio, con el Cristo de los Desamparados; y como maestro, ya que admitió a Mesa en su taller y lo tiene trabajando allí entre 1610 y 1615, aproximadamente".
El otro gran atractivo es el Cristo de la Agonía, que vuelve a Sevilla después de estar expuesto en otra exposición en 1983. El catedrático de Historia del Arte Alberto Villar Movellán, uno de los máximos expertos en Juan de Mesa, explicó cómo el imaginero se adelantó a su tiempo: "Es un barroco adelantado, tanto que los intelectuales no lo entendieron. Es un arte popular. Tiene una gran fuerza dramática y teatralidad". El IAPH completará la restauración de esta obra cumbre de Mesa cuando finalice la exposición.
Como culminación a los actos, el Cristo de los Desamparados saldrá en procesión el 10 de junio.

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