La exposición La belleza del martirio arranca este fin de semana en el EncuentroMadrid y recorrerá después distintas ciudades de España
Todos tenemos grabadas en la retina las imágenes de 2015 de 21 coptos vestidos de naranja degollados en una playa de Libia. Fue obra de Daesh, que grabó el asesinato en vídeo y le dio difusión mundial. Las últimas palabras que susurraron antes de morir fueron: «Oh, mi Señor Jesús» (Ya Rabbi Yasou). Sus madres y viudas se sintieron orgullosas por su valentía. «Al principio me dolía mucho verlo, pero luego empecé a dar gracias a Dios por el hecho de que muriera en nombre de Jesús», dijo la esposa de uno de ellos.
Cristine tiene 23 años y es de Kenia. Sobrevivió al atentado en la Universidad de Garissa en abril de 2015. Los terroristas islámicos gritaron entre las aulas: «Cristianos a la izquierda y musulmanes a la derecha», luego acribillaron a balas a los seguidores de Jesús. «Estuve escondida horas en un armario. Tuve un miedo horroroso. Tras el atentado he aprendido que los cristianos tenemos que permanecer fieles a Cristo incluso ante la muerte. Este es el tiempo de la persecución y nuestra fe debe permanecer más fuerte».
Murió por salvar a 200 cristianos
Bashir y Nazbano son los padres de Akash. Su hijo, un joven normal y corriente de Lahore (Pakistán), se ofreció como voluntario para proteger su parroquia ante las amenazas de los yihadistas. Un domingo frenó a un terrorista cargado con explosivos que quería entrar en la iglesia. Había en su interior 200 personas. «Moriré pero no vas a entrar», dijo. Y así fue. Entregó su vida para salvar a los demás. Sus padres han perdonado y rezan «por todos los que nos persiguen y están en contra de nosotros, para que ellos encuentren el camino recto de Dios».
Todas estas historias de hombres, mujeres, hombres, jóvenes normales y corrientes, con nombre y apellidos, de carne y hueso, aparecen en la nueva exposición que presenta Ayuda a la Iglesia Necesitada este fin de semana en el EncuentroMadrid 2017 y que lleva por título La belleza del martirio. Desde África, China, Oriente Medio, Pakistán o Francia, con el asesinato del sacerdote Jacques Hamel, se recogen en un espacio de unos 200 metros cuadrados testimonios de cristianos que aun en la persecución y el martirio han afirmado que su fe es más valiosa que la propia vida. Durante el recorrido, el visitante verá recreados los lugares donde estos cristianos contemporáneos han entregado su vida como la Universidad de Garissa, la playa de Libia, una cárcel china o la pequeña iglesia de Normandía (Francia) donde fue asesinado por la yihad el primer sacerdote en suelo europeo en el siglo XXI.
«La persecución es algo necesario en la Iglesia. ¿Sabes por qué? Porque la verdad es siempre perseguida». Esta cita del beato monseñor Óscar Romero, mártir salvadoreño, abre la pregunta al espectador que contempla esta muestra.
Raquel Martín
Responsable de prensa de ACN-España
Responsable de prensa de ACN-España
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