Cuando te encaras con la verdad, con tu propia verdad, das comienzo a un proceso de liberación de todo aquello que oculta tu verdadero rostro: Tus miedos, tus imaginaciones, tus pasiones, tus afanes, tus excesos, tus sensaciones negativas. Despojado de todo eso, adquieres la sabiduría para vivir libre de la ataduras a los bienes materiales, a las ideas preconcebidas y a los efectos que te condicionan para vivir en la plenitud y amar en profundidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario