sábado, 14 de marzo de 2015

LOS CRISTIANOS OCULTOS DE JAPÓN.




Celebración del 150 aniversario

Estamos tratando de transportarlos fuera de los libros de historia y hacerlos testigos vivos hoy


Por: Redacción | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it / asianews.it



Una invitació a los fieles a participar en esta fiesta de la Iglesia japonesa, pero también un homenaje a todos los mártires que dieron sus vidas para que sobreviviera la Iglesia. Papa Francisco, impartiendo la propia Bendición apostólica a las próximas celebraciones en Japón, recordó el testimonio de todos los cristianos japoneses que lograron mantener viva su fe a pesar de siglos oscuros. Del 14 al 17 de marzo, la Iglesia japonesa celebrará justamente el 150 aniversario del descubrimiento de los “cristianos ocultos” de Japón, los fieles que después de 250 años de persecuciones pudieron finalmente profesar su fe libremente. Para la ocasión, el cardenal Orlando Quevedo, arzobispo de Cotabato, Filipinas, cisitará Nagasaki como enviado especial del Papa para esta ocasión. El Papa le escribió una carta para acompañarlo en su misión.
«Es ejemplar –dijo el cardenal Quevedo en una entrevista con la Radio Vaticana– la historia de la comunidad japonesa en Japón. Sufrió una dura persecución a principios del siglo XVII. Hubo muchos mártires, los miembros del clero fueron expulsados y miles de fieles fueron asesinados. No quedó en Japón ningún sacerdote; todos fueron expulsados».
Fue en 1597, a pocas décadas de la llegada de los jesuitas a Japón. El “shogun” creía que detrás de su apostolado había intenciones para conquistar los territorios. Desde entonces, los cristianos se convirtieron en “kakure”, se ocultaron: vivían en las catacumbas y, como ya no había sacerdotes, eran los padres de familia los que bautizaban a los hijos y los que transmitían la fe. Hubo también muchos muertos por “odium fidei”, como los 26 mártires asesinados en Nagasaki y los 188 que perdieron la vida en la segunda oleada de persecuciones, entre 1603 y 1639.
Pero la comunidad resistió, mimetizando los propios símbolos detrás de los budistas. Resurgieron en 1865, cuando Japón volvió a abrir las puertas a los misioneros franceses. El viernes Santo los misioneros celebraron frente a diez mil fieles, como recordó el Papa: «¡Habían sobrevivido con la gracia de su Bautismo! Esto es grande: el Pueblo de Dios transmite la fe, bautiza a sus hijos y sale adelante. Y habían mantenido, incluso en secreto, un fuerte espíritu comunitario, porque el Bautismo los había convertido en un solo cuerpo en Cristo: estaban aislados y ocultos, pero seguían siendo miembros del Pueblo de Dios, miembros de la Iglesia».
El Papa Francisco habló varias veces con un gran respeto por este testimonio. Como sacerdote, el futuro Papa tenía la esperanza de ser enviado a una misión en Japón, pero por razones de salud, no pudo irse. Por otra parte, como obispo y cardenal de Buenos Aires ha recordado en varias ocasiones el "gran ejemplo" de la comunidad cristiana en Japón.

Según Mons. Tarcisio Isao Kikuchi, Obispo de Niigata y presidente de la Caritas local, "lo que ocurrió en Nagasaki tiene una gran importancia para todos nosotros. Pero para ser justos hay que decir que los japoneses, incluso católicos, creen que es en cierto sentido dio fruto sólo en esa zona, considerada durante mucho tiempo 'cristiana'. La mayoría de los católicos japoneses rinde homenaje con amor a estos cristianos ocultos, que han pasado dos siglos y medio de persecución sin salir de la fe, pero no se sienten conectados con ellos. Es por eso que estamos buscando como obispos repasar la historia". "Estamos tratando de transportarlos fuera de los libros de historia y hacerlos testigos vivos hoy".

El problema no se relaciona únicamente con "kakure kirishitan" (cristianos ocultos): "Es muy difícil evangelizar en Japón. Los japoneses no están interesados ​​en ninguna religión, y es difícil hablar con la gente. Entonces hay una suerte de crítica en que la Iglesia es demasiado intervencionista. Un buen ejemplo es el mensaje de la Paz en 2015 publicado por los obispos: la mayoría de la gente - incluyendo a los católicos - ha criticado la decisión de hablar de temas políticos".

Por ello, una gran ayuda viene de las obras sociales católicas: "Gracias a ellos, a través del voluntariado, podemos dar a conocer nuestros valores de una manera saludable. El terrible terremoto y el tsunami que azotó el país hace cuatro años han producido muchas tragedias, y lo que hemos hecho y seguimos haciendo con Caritas en las zonas afectadas ha impresionado mucho a la gente. Es el testimonio vivo y real que penetra en los corazones de los japoneses".

Justamente por las víctimas de esta tragedia se dedicará la oración de las "24 horas para el Señor", el día de oración proclamada por el Papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma 2015, que tendrán lugar en todo el mundo: "En mi diócesis decidimos improntar el día de adoración y confesión. Pero el punto principal está relacionado con el cuarto aniversario del tsunami: orar por la paz de las almas de los que murieron, por el bienestar de los supervivientes y de rehabilitación de las zonas afectadas".

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