Algunas veces hay que hacer un necesario alto en el camino y permitirse el lujo de descansar.
Estamos siempre tan ocupados, tan liados con mil cosas, atendiendo cien compromisos a la vez, arrojándote en un triple salto mortal sin red que nuestro cuerpo y nuestra mente nos suplican que descansemos porque ya no pueden más.
A lo mejor ahora es un buen momento para sentarte en esa piedra que parece que ha estado toda la vida esperándote y apoyado en el bastón perder tu mirada en la nebulosa de tus pensamientos mientras una ráfaga de aire puro entran en tus desgastados pulmones.
A lo mejor este es el momento de descansar, de pararte, de permitirte aislarte porque mañana, si Dios así lo quiere, tendrás que coger de nueva la mochila de tu vida y empezar a caminar sin mirar mucho para detrás porque puedes tropezar y caerte por enésima vez aunque no pasa nada pues siempre tendremos la mano amiga de Jesús que nos acompaña y nos coge de la mano para volver a levantarnos como si nada hubiera pasado.
Te deseo, mi querido hermano, una buena noche y pido a Dios que vele por tus sueños.
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario