Los días transcurren sin alterarse en Villaluenga del Rosario. La tranquilidad y el sosiego que ofrece es parte de su indiosincracia, de su personalidad.
Ayer domingo se confirmaron las previsiones y en poco más de una hora unos chubascos irrumpieron en el pausado ambiente dejando algunos litros de agua y con imágenes más propia del invierno que de la avanzada primavera.
Después salió un cálido sol que todavía permanece instaurado en la plenitud del cercano cielo aunque está rodeado de alguna que otra nubecilla que rompe el azul claro de nuestro cielo payoyo.
Con las fuerzas me han venido las ganas de leer, cosa que hago en el patio disfrutando de los generosos rayos del sol, y también de escribir así como de fotografiar instantes únicos pues solo son percibidos desde mi particular óptica. En proceso de la recuperación definitiva tengo más ganas de conversar, de reír, de hacer cosas aunque luego pueda realizar pocas pues todavía no me encuentro ni al sesenta por ciento.
Que si una buena conversación con Mateo, Isabel, Juan Carlos, Ana, Isa, Miguel Ángel, Juan Rosa, Diego Franco que guía con maestría su ganado, Juani, Mari, Cándida, José Miguel, el Padre Francisco con todos y cada uno de los vecinos de mi bendito pueblo en el que me siento querido y acogido. En una sola palabra: ¡En mi hogar!
Si algo he aprendido con la lenta convalecencia que ha seguido a la intervención quirúrgica que me tuvieron que practicar allá en Madrid en el pasado mes de abril ha sido que hay que saber y aprender a dar tiempo al tiempo. En la callada paciencia se forja tu carácter y demuestras tu valentía.
En ese gozar y disfrutar del paso del tiempo me encuentro en este momento de mi vida y disfruto con la buena conversación de mis paisanos que me hacen partícipes de sus profundas meditaciones de la vida que han vivido intensamente en torno a su ganado, a su trabajo, a su pueblo, que es el mío, a sus casas y familias. No hay nada más fructífero que aprender de las enseñanzas de un pastor que ve pasar la vida ante sus propios ojos. ¡Mi admiración más sincera a todos cuantos habéis hecho grande a este pequeño pueblo!
Sigo disfrutando junto a Hetepheres de los buenos paseos que recorren toda Villaluenga, caminar por sus céntricas calles es empaparse de todo cuanto nos ofrece, perder la mirada ante el imponente "Caíllo" hasta abandonar el pueblo camino de la Glorieta donde a la tarde nos encontramos tantos buenos vecinos, charlamos y seguimos disfrutando de la paz que aquí se nos ofrece hasta ser capaces de embebernos del aire puro que respiramos y que no echamos cuenta.
Sí, puedo decir que Villaluenga del Rosario ha sido determinante en mi recuperación total. Debo decir sin temor a engaño o exageración que este bendito pueblo es parte de mi que todo lo que hago, digo o escribo tiene el olor a paisaje natural, sencillo y encantador.
En estos días se está haciendo el lanzamiento mundial de mi libro "Diario de un blog" y puedo deciros que Villaluenga del Rosario está muy presente en el mismo directa o indirectamente y que no podía ser de otra manera.
Hoy el día ha sido perfecto porque no ha habido ni frío ni calor, un buen sol nos ha acompañado gran parte del día y alguna nube perezosa de irse lo ha nublado momentáneamente.
Es un día histórico en España con la abdicación de S.M. el Rey D. Juan Carlos I y Dios ha permitido que un monárquico como lo soy yo pueda vivir este momento único en mi querido pueblo de Villaluenga del Rosario.
Villaluenga del Rosario: ¡Un lugar para aprender la verdad de la vida!
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