No basta reflexionar en las relaciones entre hacer y ser, necesitamos también analizar la interrelación entre "tener" y "ser".
Indudablemente, hoy se valora más al que "tiene" que al que "es"; en la escala de valores el tener está por encima del ser.
Sin embargo, el hecho de tener más o menos, no cambia fundamentalmente al ser, que sigue siendo sustancialmente el mismo. No podré enorgullecerme de tener, si este tener no me sirve para ser más y mejor.
En efecto, el tener, en tanto tiene valor, en cuanto me sirve como medio e instrumento para ser más, para realizarme más, para perfeccionarme más, es un medio; debe ser un medio y no un fin.
El tener comporta un verdadero valor, pero siempre que no se lo desubique de la línea de la instrumentalidad.
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