Misioneros franciscanos al servicio
de la Tierra Santa
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Santos inocentes: No os dejéis escandalizar
La comunidad de Belén se reunido en la gruta de San José para celebrar la fiesta de los Santos Inocentes.
Según la tradición, le corresponde al vicario custodial presidir esta misa. Rodeado por el fraile guardián de la Natividad, fray Ricardo Bustos, y por otros sacerdotes y frailes venidos de Nazaret y Ain Karem, ha sido por tanto fray Dobromir Jasztal quien ha pronunciado la homilía.
Mientras disfrutamos aún del clima de la Navidad, en la alegría del nacimiento de Jesús, la liturgia, tras el martirio de san Esteban, nos invita a conmemorar el martirio de los Santos Inocentes.
¿Por qué Dios salvó solo a Jesús y no también a todos los niños de Belén? ¿Por qué fue advertido solo José de poner a salvo a Jesús? ¿Es posible que Dios sea injusto?
Según nuestra lógica, Dios habría podido eliminar a Herodes. Pero la lógica humana, nuestra lógica, no es la de Dios. Con el nacimiento de Jesús se nos revela la lógica divina. Jesús, sabiendo lo difícil que es comprender esa lógica, poco antes de su pasión, dijo a sus discípulos: «Bienaventurados aquellos que no se escandalicen por mi causa».
Así, ya que la muerte de Jesús en la cruz adquiere su significado plena en la resurrección, ¿estamos dispuestos a creer que la sangre de estos pequeños, la sangre de los inocentes es preciosa y tiene valor a los ojos de Dios? ¿Somos capaces de creer en esta lógica y, sobre todo, de acogerla en nuestras vidas?
Herodes fue un rey cruel, que quiso asesinar a Jesús, porque había entendido que su existencia podría arruinar sus planes. ¿No queremos también nosotros, a veces, desembarazarnos de aquellos que son un obstáculo?
Por la intercesión de los Santos Inocentes, oremos para que seamos capaces de aceptar aquello que nos contraría. Oremos para que no juzguemos el comportamiento de Dios y busquemos, más bien, ver cómo el sufrimiento, en sus manos, produce fruto y genera vida en abundancia, como prometió Jesús.
Estas han sido, en resumen, las palabras de fray Dobromir.
Tras la misa, los frailes han participado en la procesión cotidiana a la gruta y, después, han sido invitados a almorzar por fray Ricardo.
Después de este momento fraterno, se han vuelto a reunir en la cripta de San José para el canto de las vísperas, durante el que se ha incensado el altar de los Inocentes.
Que la sangre de los inocentes, derramada en nuestros días, sea acogida por el Señor y transformada en vida nueva y fuente de paz para el mundo.
Según la tradición, le corresponde al vicario custodial presidir esta misa. Rodeado por el fraile guardián de la Natividad, fray Ricardo Bustos, y por otros sacerdotes y frailes venidos de Nazaret y Ain Karem, ha sido por tanto fray Dobromir Jasztal quien ha pronunciado la homilía.
Mientras disfrutamos aún del clima de la Navidad, en la alegría del nacimiento de Jesús, la liturgia, tras el martirio de san Esteban, nos invita a conmemorar el martirio de los Santos Inocentes.
¿Por qué Dios salvó solo a Jesús y no también a todos los niños de Belén? ¿Por qué fue advertido solo José de poner a salvo a Jesús? ¿Es posible que Dios sea injusto?
Según nuestra lógica, Dios habría podido eliminar a Herodes. Pero la lógica humana, nuestra lógica, no es la de Dios. Con el nacimiento de Jesús se nos revela la lógica divina. Jesús, sabiendo lo difícil que es comprender esa lógica, poco antes de su pasión, dijo a sus discípulos: «Bienaventurados aquellos que no se escandalicen por mi causa».
Así, ya que la muerte de Jesús en la cruz adquiere su significado plena en la resurrección, ¿estamos dispuestos a creer que la sangre de estos pequeños, la sangre de los inocentes es preciosa y tiene valor a los ojos de Dios? ¿Somos capaces de creer en esta lógica y, sobre todo, de acogerla en nuestras vidas?
Herodes fue un rey cruel, que quiso asesinar a Jesús, porque había entendido que su existencia podría arruinar sus planes. ¿No queremos también nosotros, a veces, desembarazarnos de aquellos que son un obstáculo?
Por la intercesión de los Santos Inocentes, oremos para que seamos capaces de aceptar aquello que nos contraría. Oremos para que no juzguemos el comportamiento de Dios y busquemos, más bien, ver cómo el sufrimiento, en sus manos, produce fruto y genera vida en abundancia, como prometió Jesús.
Estas han sido, en resumen, las palabras de fray Dobromir.
Tras la misa, los frailes han participado en la procesión cotidiana a la gruta y, después, han sido invitados a almorzar por fray Ricardo.
Después de este momento fraterno, se han vuelto a reunir en la cripta de San José para el canto de las vísperas, durante el que se ha incensado el altar de los Inocentes.
Que la sangre de los inocentes, derramada en nuestros días, sea acogida por el Señor y transformada en vida nueva y fuente de paz para el mundo.
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