En este día de los Santos Inocentes quiero dedicar este post y este blog a mi querido hermano en la fe Pedro A. Mejías Rodríguez.
Se puede decir que conozco a Pedro de toda la vida y he visto como ha ido desarrollando su fe y su compromiso en todos los aspectos.
Si en la juventud fue un hombre comprometido con Dios y en su misión particular de evangelizar con la madurez esta ha ido a más y ha permitido que su vida sea un auténtico compromiso.
Pedro Mejías Rodríguez es lo que podemos denominar un buen cristiano, un buen discípulo de Cristo y por ello es buen hijo, gran esposo, pues ama con devoción a su mujer, un magnífico padre de una familia numerosa, en definitiva una buena persona, de esas que puedes confiar porque sabes que nunca te va a traicionar. ¡Y eso es tan difícil en los tiempos que corren!
Hombre que su vida en si es un auténtico apostolado, es decir, es un verdadero apóstol tanto en las Comunidades Neocatecumenales donde desarrolla su vida de fe en la Santa Madre Iglesia como desempeñando sus funciones de Delegado de Derecho a Vivir y Hazte Oír en San Fernando.
Cada vez que he hablado personalmente con Pedro o por medio de correos, mensajes u otros tipos de forma de conectar me impresiona la ilusión que desborda para hacer todo, nos impregna de una alegría por cuanto tenga proyectado y hasta los problemas o decepciones las trata de tú a tú.
Considero a Pedro un buen hermano, un gran amigo, que siempre está cuando lo necesitas y sé que él también me tiene en esa consideración.
Lo mismo lo ves colaborando con el Foro de la Familia, que organizando algún acto en la Semana de la Familia de San Fernando, que manteniendo reuniones varias para organizar actos en favor de la Vida con un equipo de personas que te acompañan y que son un lujo en todos los sentidos. Sé, de buena mano, que nuestro Obispo os tiene en gran consideración y que nuestra querida San Fernando por cada día que pasa os apoya más, os quiere más porque os ve un grupo sólido y fuerte que tiene como única función la defensa a ultranza de la vida del no nacido, de la mujer embarazada, de la madre, que por circunstancias, sufre las secuelas del aborto.
Las iniciativas que van de la mano de Pedro Mejías y de su valioso equipo de Derecho a Vivir tienen toda clase de garantías porque se ven en ellos fiabilidad, solidez, confianza.
Pedro ha sabido, por obra y gracia del Espíritu Santo, acompañarse de personas muy válidas, entregadas a la causa de la Vida o lo que es lo mismo: A Dios.
Gran influencia ha tenido el Padre Ignacio Fernández Navarrete y tiene en la actualidad con el magnífico sacerdote y mi querido hermano hospitalario, Pedro Enrique García Díaz. Se unen personas muy queridas en torno a una misión tan importante y primordial. La dirección espiritual es estos casos más que necesaria, es imprescindible.
Mi querido hermano sabe dar a cada uno su sitio y aunque está involucrado de lleno en la defensa a ultranza de la vida, que es un mandato de Dios, sabe como nadie estirar el tiempo para dedicárselo a su amada mujer y a sus hijos a los que está inculcando desde pequeñitos el amor a Dios, a los demás, a la Vida así como les enseña que cada uno tenemos un camino que debemos recorrer para mayor Gloria de nuestro Padre Celestial.
Nada en la vida está puesto por casualidad. Todo tiene su fin y su cauce y solo Dios sabe los senderos que debemos recorrer para llevarnos al camino verdadero y sé, porque se ve, que Pedro es un buen senderistas pues a cada paso hace camino al andar.
Mi querido hermano Pedro recibe un fuerte abrazo que quiero hacer extensivo a toda tu querida Familia así como a tu equipo de Derecho a Vivir San Fernando y que Dios os bendiga, os guíe y os ayude siempre.
Jesús Rodríguez Arias
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