domingo, 2 de junio de 2013

MI PARTICULAR ADORACIÓN A JESÚS



Ante Tí, Amado Jesús, ante Tu Divina Majestad pienso y me pregunto: ¿Por qué no hay más devoción eucarística? ¿Por qué los jóvenes y los adultos no vienen todos los días a esta Fuente de Amor y Energía Sobrenatural que eres Tú, Jesús que permaneces en las paredes del Sagrario esperándonos, sin cansarte, para darnos Tu Amor, desmesurado y auténtico?

Pues creo que el Sagrario no es tan transitado, como lugar de privilegio de oración, meditación y conversación con Dios, porque esto exige conversión. Nos faltan adoradores, personas que se hayan nutrido de la esencia mística del Misterio más Absoluto y que lo den a conocer a todos los hombres.

Y para eso, para poder enseñarlo, primero hay que vivirlo, antes hay que recorrer este camino de encuentro con el Señor en la Eucaristía, que lleva consigo aguantar mucho en humillaciones, olvidos, críticas y demostrar que estás dispuesto a quedarte solo con Él, que Él es tu único Dios y lo más Absoluto de tu vida. Esto no se puede contagiar ni menos enseñar si no se ha vivido y realizado en tu propia vida y para eso hay que aniquilar el pecado original, que es el amor propio, el amor a nosotros mismos, que quiere imponerse por encima del amor de Dios  y los hermanos, hay que derrocar todos los ídolos de la propia gloria, consumismo, criterios, para que sea Dios el único Señor de nuestras vidas. ¿Estamos dispuesto a esto?

Pero no nos asustemos, todo esto no se hace de golpe, de inmediato sino poco a poco cumpliendo los pasos que Dios tenga dispuesto para nosotros en nuestro camino de conversión hacia Él.

Para superar todos los sacrificios, para ayudarnos a conseguirlo se ha quedado para siempre con nosotros Jesús Eucaristía. "Vosotros sois mis amigos, nadie ama más que aquél que da la vida por sus amigos". Y en eso está Jesús, en ayudarnos para que consigamos ser fuerte en carne y espíritu para volcarnos con la misión que el Señor nos tiene encomendada.

Cuando uno comienza este camino puede tropezar y caerse, pero se levanta y siempre lo hace aunque caiga muchas veces y puedas creer que no merece la pena y que te rindes ahí está Jesús, tan cerca de nosotros, para volver a insuflar nuestros corazones de fuerzas y ánimos suficientes para seguir por este camino de verdadera conversión hacia Su Divina Persona.

Y cuando vas logrando pasar más tiempo en el Sagrario, cuando de la oración pasas a la reflexión y meditación, cuando el tiempo pasa tan rápido que no te das ni cuenta, cuando ansías el estar con Él todos los días entonces es cuando el Sagrario se convierte en Puerta del Cielo.

En cada comunión Cristo nos dice: Tú eres eternidad, tú vida es más que esta vida, tú vales más que este tiempo y este espacio, tú vales una eternidad, Yo soy esa eternidad, que tu buscas, incrustada ahora en el tiempo por mi presencia eucarística, Yo la he merecido para ti, Yo soy tu Vida, tu Vida Eterna ya comenzada, y Yo soy la eternidad y cielo del Padre y de todos los bienaventurados. Qué tiene que ver todo esto que llamas vida con lo que el Padre te ha preparado en esta mesa de la Eucaristía. Tú no la valoras porque no conoces lo que hay dentro. El hombre, si se aleja de mí, si no conoce realmente lo que es la Eucaristía, no sabe lo que vale, porque se valora y mide sólo por el dinero, placeres y éxitos de la tierra; sin embargo tú vales mucho, vales infinito, te lo digo yo, que he dado mi vida por ti, vales eternidad en Dios, y te lo he manifiesto y demuestro con la Eucaristía, en la que he dado mi vida por ti, tu vales la vida de un Dios encarnado y te lo ha dicho mi Padre con mi muerte, tú vales una eternidad, porque no existe ya la muerte para ti, te lo digo en cada Eucaristía y por el amor del Padre, tu historia y tu vida, a pesar de tus pecados y olvidos, por mi amor que se ha manifestado esencialmente en mi muerte y resurrección, presenciandolos  y ofrecidos en la Eucaristía, tendrán un final feliz.

¿Y después de lo que nos dice Jesús al oído del alma no somos capaces de adorarlo, visitarlo, poner nuestras vidas en Sus Divinas Manos?

Todo el tiempo que estemos separados de Dios es tiempo perdido y hoy es un día excelente para encontrarnos con  Él, con Su Cuerpo y Su Sangre, rezarle y acompañarle en las procesiones que salgan por nuestros pueblos y ciudades. Jesús Sacramentado ha salido y sale hoy a nuestro encuentro y lo hará, como siempre, con los Brazos Abiertos y Anhelantes de encontrarse con sus Amados Hermanos por los que dio su vida y la dio hasta el extremo. 

Nuestra relación con Jesús deber ser de un Amor Extremo y Radical donde nos entreguemos en todo momento y lugar a Su Divina Voluntad. Plegarnos ante Él es alcanzar una Felicidad intensa que no da nada en este mundo. 

Adorad, Amad sin medidas a Jesús y tendremos Vida Eterna y Plenitud.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Cristo Sacramentado te bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

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