miércoles, 29 de febrero de 2012

LA FE Y LO COTIDIANO.


La mayoría de los padres quieren mantener conversaciones interesantes con sus hijos sobre los retos que ofrece la vida y el valor de la fe. No siempre es fácil. Sin embargo, si no comunicamos aquello en lo que creemos, hacemos dejación de nuestro papel como padres responsables.
Los padres tienen más influencia en la formación del carácter y la conducta de sus hijos de lo que generalmente se admite. Y puede ser mayor si nos implicamos concienzudamente.
Pero recuerde,  no es posible “ser perfecto” cuando se trata de ejercer como padres. La buena noticia es que no estamos solos: El Espíritu Santo viene en nuestra ayuda.
Mantener una buena conversación con un hijo también abre la puerta a la posibilidad de rezar juntos. Si su hijo comenta una situación difícil puede intentar, sin forzar, que haga una breve oración sobre el asunto. Se puede encontrar el modo de transformar un acontecimiento diario en algo que encomendamos al cuidado de Dios.
A lo largo del camino se presentarán momentos de todo tipo, pero la mayoría serán aparentemente insignificantes. La clave está en hacer de lo cotidiano una  oportunidad.

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