PREPOTENCIA E INDIFERENCIA NO SON BUENAS
Me gustaría hacer hoy un balance sobre cómo ha ido el año. Me gustaría hacerlo de forma positiva y sobre todo felicitar a todos los lectores por el nuevo año, pero cada día que pasa me doy cuenta de que efectivamente, hasta el último día de la vida, se aprende y se viven experiencias.
Las hermandades han presumido a lo largo de la historia por que sus fines son el culto y se han mantenido al margen de la caridad. Claro que eso, sólo era un camino fácil y una falsedad, porque las hermandades antiguas saben de sobra que el hermano pagaba y tenía la contraprestación de su sepelio, que ahora cubren seguros de vida.
Pero esta semana, descubro que una hermandad que se da de seria y de hacer bien las cosas, ni corta ni perezosa, ha logrado provocar la indignación de numerosos hermanos, a los que acusa de falta de colaboración.
Es normal que los hermanos se indignen, sobre todo cuando esa colaboración no ha sido pedida y no se ha trabajado.
Desgraciadamente hay dirigentes cofrades que en lugar de servir, se sirven. Desgraciadamente hay dirigentes que utilizan la hermandad de catapulta pública para grandeza y gloria del mismo. Desgraciadamente sigue habiendo dirigentes cofrades, que administran el patrimonio que van creando año tras año los hermanos, que se creen no sólo que tienen que conservarlos, sino que lo creen suyo. Y en parte es verdad. Es suyo y de todos los demás hermanos que con sus cuotas pagan religiosamente y contribuyen al sostenimiento de la cofradía.
Pero como ocurre en política, algunos se olvidan de que los hermanos constituyen el auténtico patrimonio de la hermandad, y en vez de cuidarlos, los acusan y los maltratan sin sonrojo o timidez alguna.
Vayan ustedes a saber las mentiras que estos ilustres dirigentes pueden contarle a los directores espirituales para que traguen y consientan los antojos y caprichos de unos pocos. Porque claro, si un director espiritual deja que una junta de gobierno menosprecie a los hermanos, es admitir que los 14, los 20 o cuantos formen la junta están en posesión de la verdad. Y eso, créanme, que ni ellos, ni yo, ni nadie.
Feliz año 2012 para todos.
José Moreno Fraile
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