Pablo se presenta (Hechos 22, 3-10): "Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres, como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de Ancianos. De ellos recibí cartas para todos los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados. Pero yendo de camino, estando ya cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de repente una gran luz venida del cielo; caí al suelo y oí una voz que me decía: -"Saúl, Saúl, ¿Por qué me persigues? Yo respondí: -¿Quién eres, Señor? Y él a mi: -Yo soy Jesús Nazareno, a quien tu persigues.
Los que estaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Yo dije: -¿Qué he de hacer, Señor? Y el Señor me respondió: -Levántate y vete a Damasco; allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas".
Su encuentro con Cristo cambió el rumbo de su vida. Dejó de perseguir a los cristianos para erigirse en apóstol de los gentiles. Recorrió el imperio anunciando a Cristo y creando comunidades. Como San Pablo, todos estamos llamados a vivir la misión que el Señor nos encomienda.
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